Capitulo Veintinueve: Esperanza

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*Era la plaza cercana al convento, yo tenía mi ropa manchada con sangre pero no estaba herida. A unos diez metros estaba Jorge parado llorando con su ropa también cubierta con sangre. En sus brazos tenía un cuerpo, era una chica, era Julia.

-JORGE, JULIA NOOO!-Les grite mientras salía corriendo a su encuentro, corría pero no avanzaba, no podía llegar a ellos. Les gritaba pero ninguno parecía hacer caso a mi voz.*



-NOOOOO!-Grite y me vi sentada en la cama. Había sido un sueño, una pesadilla.

Jorge subió corriendo las escaleras.

-CLARA QUE PASO?!- Pregunto agitado y nervioso.

-Una pesadilla, del accidente...- Le conteste aguantando las lágrimas.

-Tranquila, ya paso amor.- Me decía mientras me abrazaba.- Por que no te das una ducha así vamos a el hospital?

-Si... mejor.-Conteste y fui caminando al baño. Me duche, me cambie y salimos para el hospital.

Cuando llegamos el padre Tomas, nos esperaba en la puerta, estaba sonriente.

-Hola Padre... hay alguna novedad?- Le pregunte. Jorge tomo mi mano.

-Hola chicos, si y buenas.-Yo cerré los ojos y Jorge me abrazo. -Juli respira por si sola y bajaron los sedantes, las transfusiones que recibió estarían acoplándose bien, ya tiene más color en la cara. Se esta recuperando muy bien y muy rápido. Ahora queda esperar a que se despierte sola.- Nos comento sonriente, de a poco la fe y la esperanza volvían.

-Gracias Tomas!!- Le dije y lo abrace.

-Podemos verla?- Pregunto Jorge.

-Si, yo ya la vi. Vengan los acompaño la pasaron a una habitación común. Ya avise al convento. No los llame por que Jorge me dijo que venían.-Nos dijo y nos guio hasta su habitación.

Caminamos por los pasillos del hospital y buscamos la habitación 203. Una vez allí, el Padre Tomas nos dejo solos para que entraramos. Jorge me tomo de la mano y abrió la puerta. Nuestra hija estaba ahí, acostada, dormida. Estaba toda golpeada y con vendas por los cortes. La pierna derecha descansaba por fuera de las sabanas, vendada también.

Al verla una lagrima cayo por mi mejilla y yo enterré mi cara en el pecho de Jorge. No podía ver asi a mi nena.

Agarre la silla que estaba apoyada contra la pared y me senté al lado de la cama. Jorge apoyo sus manos en mis hombros.

-Hola Juli...-Le decía mientras tomaba su mano.- Espero que me estes escuchando. No vine sola, acá esta Jorge conmigo.

-Hola hermosa.- Surraba el.

-Sabes qué? El médico le dijo al Padre Tomas que estas mejor, que tenemos que esperar nada mas...- Mi voz comenzó a quebrarse, era muy difícil estar ahí.- No vamos a dejarte sola... nunca. –Le dije y le di un beso a su mano, acerque mi frente y ya sin poder contener las lagrimas le dije- Por favor chiquita, tenes que ser fuerte. Te lo ruego.

En ese momento, silenciosamente entro una enfermera y nos hablo.

-Disculpen pero tengo que cambiarle los vendajes, si no es molestia podrían esperar unos minutos afuera?- Pregunto amablemente.

-Si claro.- Contesto Jorge.- Ahora volvemos princesa.-Le hablo a Julia.

Yo me pare sin soltar su mano, le di un pequeño beso en la frente y cuando iba a soltarla, siento un pequeño e insignificante tiron. Me quede observando nuestras manos. Yo ya no sostenía su mano, sino que ella la mia.

-Señora, por favor...-Dijo ya un poco impaciente la enfermera.

-Julia?...- Cada vez me agarraba mas fuerte.- Julia me escuchas?- Le pregunte emocionada.

-Que pasa Clara?- Pregunto Jorge.

-No soy yo, me esta agarrando la mano.- Dije y mire a la enfermera.

-Voy a buscar al Dr., quédense acá por favor.-Dijo y se fue apresuradamente.

-Juli, por favor, abrí los ojos.-Le dije, rezando para que pudiera escucharme.

Y muy lentamente sus ojos empezaron a abrirse. Parecía muy desorientada. Se quejo un poco y después me miro con sus hermosos ojos negros.

-Clara?- Susurro con apenas un hilo de voz.

-Amor mío-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora