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Capítulo 3. ¿Novio?

Capítulo 3. ¿Novio?:

Llegué a casa alrededor de las cinco de la tarde, comí algo rápido y me recosté en mi cama y prendí la televisión.

Fue un día realmente de locos.

Escuche el timbre de la puerta. Me levanté, bajé la escalera, tomé el manojo de la puerta y la abrí.

-Hola muñeca -dijo Logan apoyado en el marco de la puerta.

-¿Qué haces aquí? -dije molesta, siempre venía a enfadarme.

-Te traje esto princesa -me mostró una cajita de color café con una rosa rosada.

-No la quiero -cerré la puerta en seco pero este la detuvo con su pié.

-Espera, ¿no me vas a invitar a pasar hermosa? -preguntó "seductor".

-No -dije seca

-Vamos Lin...aunque sea recibe esto -me estiro la caja y yo rodee los ojos.

-No me llames Lin -tomé la caja en mis manos-. Ahora vete -cerré la puerta y esta vez tuve éxito, cerrándose provocando un estruendoso ruido.

-¡Mañana volveré por ti hermosa! -grito al otro lado de la puerta.

-¡Cuando va a ser el día que dejes de molestarme! ¡Jódete! -grité.

-¡Me encantas! ¡Gatita! -volvió a gritar al otro lado de la puerta.

Deje la caja encima de la mesa sin ganas, subí a mi habitación y me volví a recostar.

Siempre molestando ese hombre.

Para ser mi primer día de trabajo, estoy bastante cansada y eso que nos vinimos temprano de la casa de la profesora Soto.

(...)

*Llamada kent* (09:55 a.m)

...

-Estoy a una cuadra de la casa de la profesora -dije caminando rápido.

Esta vez papá no me había venido a dejar y creo que no lo volverá hacer nunca más. Desde que mis padres se separaron no lo veía casi nunca.

-Oh, creo que te veo -respondió mi amigo al otro lado de la línea-. Voltéate.

Hice lo pedido y mire hacia atrás, y ahí estaba con el teléfono en su oreja mirándome.

-Te veo -levanté mi mano en forma de saludó y la comencé a mover.

*Llamada kent* (09:57 a.m)

Mi amigo comenzó a correr hasta llegar a mi lado, beso mi mejilla y puso las manos dentro de los bolsillos de sus pantalones cortos y me miro.

-¿Como estas? -me preguntó caminando.

-Cansada, ese niño es muy irritante -reí y el hizo lo mismo-. Pero igual es muy lindo -me corregí.

-Sí, aunque no deja de ser irritante -dijo abriendo sus ojos.

Llegamos a la casa y sin permiso alguno abrimos la puerta de la reja, caminamos hasta la puerta principal y la golpeamos.

-¡Hi guys! -dijo nuestra profesora-. Entren por favor.

Ella me miro por unos segundo y mi corazón explotó de la felicidad. Ella me sonrió y yo la imite.

Amaba esa sonrisa.

-Claro -al fin hable para romper el incómodo silencio que inundaba.

Entramos en silencio absoluto, el silencio duro por varios segundos haciéndome morder dentro de mi mejilla nerviosa, mire alrededor y al igual que ayer, estaba completamente en orden la casa.