Capítulo 30. "Que Grata Sorpesa"

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Capítulo 30. "Que grata sorpesa" :

Me mantuve unos minutos en silencio, me sentía muy mal.

-¿Estás bien Lindsay? -me preguntó Rosie al otro lado de la línea.

Suspiré y tragué saliva. Javiera quería reconquistarla, me lo había dicho de su propia boca, y el hecho de que hayan dormido juntas me provocaba un hoyo en el estómago y unas inmensas ganas de llorar, porque yo realmente me había hecho ilusiones con Macarena.

-Sí.... -hablé un poco triste-. ¿Ellas fueron novias?

-Sí, hace tiempo -ella se detuvo un momento. Se escucharon risas de fondo-. Lindsay, lo que paso debe tener una explicación, no te hagas la cabeza pensando cosas que no son. Debes hablar con ella, tía.

-Se que tenemos que conversar -decidí no hablar más, apenas conocía a Rosie y yo no soy de abrirme mucho con las personas que no conozco.

-Oye, ayer no le pedimos el número a tu vecina por lo del departamento que arriendan -recordé la conversación-, ¿Puedes conseguirme el número? Yo creo que es una muy buena opción donde vives tu.

-Claro Ross, yo te consigo el número. Aquí todo es muy céntrico, te gustará -dije y el auto aparco justo fuera de mi edificio.

-Me lo envías por favor -dijo emocionada.

-Ya llegue a casa, te tengo que colgar, yo te consigo el numero.

-Está bien, Adiós Lindsay! -me tiro un beso.

-Adiós -colgué.

Pagué el uber y me bajé. Le pedí el número a Boris -el concerje- y se lo envié a Rosie. Subí por el ascensor, me sentía abrumada, pensaba a cada momento en Macarena y en el beso de la cocina. Pensaba en que durmieron juntas y en todo lo que Javiera me había dicho.

Abrí la puerta de mi departamento y ahí estaba mamá, en la mesa con sus lentes puestos, leyendo algo en el computador, con ropa casual, el pelo desordenado, sus ojos transmitían cansancio, seguramente por el viaje. Me vió y se levantó sonriendo, yo también lo hice.

Dejé las cosas que traía en el sofá y me abalancé a sus brazos, sentir su aroma de nuevo me reconfortaba.

Me sentía dolida y triste, necesitaba de ella, de su abrazo, de su compañía. Había hecho tanto esfuerzo por no llorar por lo de Macarena pero caí, en medio del abrazo algunas lágrimas salieron, ella lo notó y me abrazó más fuerte.

-¿Puedo dormir contigo esta noche? -susurré entre lágrimas.

-Por supuesto mi amor -acarició mi cabeza.

No me había dado cuenta de cuánto la extrañaba hasta que estuve en sus brazos.

(...)

Me preparé algo rápido, unas ensaladas porque mucha hambre no tenía, recordé a Nolan, él amaba la ensalada. Comí en el sofá mirando una serie.

Anoche nos dormimos con mamá, ambas estábamos cansada, a pesar de que insistió, yo no había querido hablar de la razón por la cual lloraba, preferí permanecer a su lado, en silencio. Ella me contó cosas de su viaje, algunas anécdotas graciosas para alivianar el ambiente.

En la mañana partió a su trabajo, una oficina que quedaba cerca de casa, ella solía trabajar mucho, y generalmente viajaba a otros países por temas de negocios. Me había enviado un mensaje diciendo que llegaría temprano para que tuviéramos una tarde de chicas.

Minutos después de que terminé de comer tocaron la puerta de mi casa, me levanté y abrí, era Logan.

-¿Que tal gatita? -me preguntó apoyado un brazo en el marco de la puerta, sonriendo de lado con esa mirada seductora que siempre tenía.

Stay With Me ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora