Capítulo 33. Sandía

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Capítulo 34. Sandía:

(...)

*Llamada Kent* (10:41 a.m)

-Y le prometí que no lo volvería hacer -siguió contándome la historia.

-¿Y que te dijo? -pregunté.

-Qué me perdonaría esta vez, porque yo estaba pasado de copas pero no volvería a perdonar algo así -resoplo-. Yo juro que no lo hice con querer, fue solo un impulso.

-Te creo Kent -tomé las llaves y la guarde en mi chaleco-, tú no eres así -abrí la puerta y salí de mi departamento.

-Cada vez que este con ella seré muy cuidadoso con lo que bebo porque yo la quiero mucho Lindsay -admitió.

-Lo sé cariño -me subí al ascensor y apreté los botones con una mano mientras que con la otra tenía el teléfono en mi oreja.

-No quiero que pase algo similar.

-Tú estás muy enamorado eh -reí.

-Jajaja quizás -reconoció-, ella es una chica increíble.

-Aún tengo que conocerla, en mi cumpleaños no pude.

-Si, tenemos que juntarnos para que se conozcan -salí del ascensor-. ¿Y tú como vas con Macarena?

-No muy bien la verdad aunque no quiero hablar de eso ahora Kent -salí de mi edificio-. Estoy muy feliz por ti, feliz porque te perdonó y yo amo que seas feliz.

-Eres un amor amiga -me tiró un beso.

Divisé el auto de Logan estacionado y me acerqué.

-Kent te debo dejar, te quiero mucho.

-Bueno Lindsy, gracias por llamar... Yo igual te quiero mucho -colgó.

Guardé mi celular, Logan bajó la ventanilla del copiloto y yo me asomé apoyando los codos.

-¿Cómo estamos para tu primeras clases de manejos Gatita? -se sacó los lentes de sol.

-Un poco nerviosa -sonreí.

-Súbete, te llevaré a un lugar donde no hay autos.

Abrí la puerta y me subí de copiloto, besé su mejilla.

-Muéstrame tu pierna -le dije bajando la mirada.

Él la levantó.

-Ya no está la bota -dijo feliz.

-Me alegro -me puse el cinturón de seguridad-, aunque que me gustaba más el Logan con bota... Era menos molestoso -bromeé.

-Que pesada Lin -le dio un pequeño toque a mi nariz con su dedo-. Vamos -arrancó el auto-. Te hacen falta estas clases porque subirse a un auto contigo de conductora, es un suicido.

Achine los ojos ofendidas.

Me llevó a una calle despejada, no había autos, solo algunas personas caminando por la orilla. Cambiamos de asiento, yo de piloto, me puse el cinturón de seguridad y acomodé los espejos.

-Entonces aprietas el embriague -comenzó a indicarme y yo lo hice-, una mano en el volante y lo otra en la palanca de cambios -suspiré-. Ahora pone primera.

-Estoy nerviosa -admití.

-Relajate Lindsy, nada malo pasará, ya has manejado antes, es como en la x-box -yo asentí-. Aprieta suavemente el acelerador y sueltas el embriague... Muy suave.

Hice lo que me pidió y el auto partió lento, tomé una bocanada de aire y aceleré más.

-Muy bien Lin -sonrió Logan.

Stay With Me ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora