Capítulo 18. Dijo Molesta

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Capítulo 18. Dijo molesta:

Ella tomó mi mano y entramos a la casa. Me fascinaba la idea de quedarme esta noche en su casa, la idea me daba un cosquilleo en el estómago pero no quería volver a casa.

Subí a la segunda planta, Macarena me invitó a su habitación sin antes entrar a la pieza de Nolan y verlo dormir como un angelito.

–Nolan esta durmiendo profundamente –suspira–, ese niño es un poco agotador.

Yo reí, y la verdad es que sí, era muy agotador.

–¿Cuántos años tiene la madre de Nolan? –pregunté, no sabía mucho sobre ella.

–Loren tiene 30, es mi única hermana, jamás pensé que me pediría que cuidará a Nolan –sonríe y se acerca a mi–. Pero no quiero hablar de mi hermana hoy –quitó un mechón de cabello que estaba sobre mi ojo.

Con sus manos rodeo mi cuello y me atrajo hacia ella, sin pensarlo, sin titubear, sin temer, me besó, con esos labios que tanto anhleba, con esos labios que tantas noches soñé. Sentía que ya me acostumbraba a sus labios, ya los sentía míos, sin embargo aún me quedaba muchas partes de su cuerpo por descubrir y explorar , es por eso que la abracé por la cintura  y la apreté contra mi cuerpo, Macarena bajo su mano lentamente, desde mi cuello hasta mis caderas, sentí fuego en mi interior. No entendía como lograba hacerme sentir en una nube, como si nos elevaramos al cielo, como si pudieran rodeamos las estrellas. Caminamos sin despegarnos hacia su cama, ella se sentó y yo puse mis piernas en cada lado de su cadera,  las pulsaciones comenzaron a aumentar y sus manos a bajar, todo era tan jodidamnete lento y perfecto, era como la escena de una película, me sentía una diosa en sus brazos. Pero mi celular sonó, estaba en el bolsillo de atrás de mi pantalón, rápidamente lo tomé y colgué, sin embargo volvió a entrar una llamada.

Me levante y salí de encima de Macarena para mirar mi celular "Logan"

¿Que quería? ¿Y Por qué justo ahora?

–Contesta –dijo mi profesora–, debe ser algo importante.

Suspire y atendí la llamada.

–¿Si? –hablé.

Lindsay! Disculpa que llame a esta hora –su tono era agitado–, pero te necesito

–¿Que quieres ahora Logan? –dije exhausta.

Peleé con un chico, me provocó y nos golpeamos, pero luego llegaron unos amigos de él –se detuvo avergonzado–. Necesito que me ayudes, no me puedo levantar y mi auto esta a 3 cuadras.

No podía ser! No en este momento!

¿Donte estás? –pregunté.

Estoy en calle Asia, en el callejón al lado de la pastelería que te gusta.

–Llegaré lo antes posible –colgué.

–Disculpa Macarena –hice una mueca–, debo irme.

(...)

No se como llegue tan rápido, quizás todas las quejas que le hice al chófer del taxi sirvieron, estaba un poco desesperada, en el fondo me preocupaba Logan, sonaba muy afligido por teléfono, y si me llamaba es porque realmente me necesita o porque no tiene quien más le ayude, no obstante sentía rabia porque interrumpió un momento mágico entre nosotras.

Me baje del taxi apresurada, la calle estaba más oscura de normal y completamente desierta.

–Logan! –grité, no lo veía en el callejón.

–Aquí estoy muñeca –habló en un quejido.

Me acerque a él, estaba en el suelo, me arodille para quedar a su altura y verlo más de cerca, estaba ensangrentado, su labio y ojo hinchado, su mejilla morada, verde, azul y muchos colores.

–Disculpame –susurró, tenía su mano en una costilla, le faltaba el aire–, creo que me rompí la pierna, me duele mucho el pecho, no sabia a quien más llamar.

–Por Dios Logan –me agarré la cabeza, estaba muy asustada.

Se metió la mano al bolsillo y sacó unas llaves.

–Son las llaves de mi auto –me las paso–, esta a 3 cuadras –apunto al oeste–. Necesito que vayas y traigas mi auto acá –dijo apenas, cada vez se le hacia más difícil hablar.

–Logan yo no se manejar! –dije desesperada.

–Vamos gatita, tu puedes, por favor –suspiro–. ¿Recuerdas cuando jugábamos en mi x-box a las carreras, tu eras muy mala pero yo te enseñe a jugar? –susurro adolorido.

–Si.

–¿Recuerdas que me decías que jamás me ganarías? Pero me ganaste y muchas veces. Ahora es lo mismo, necesito que me ayudes, no tengo a nadie más, por favor –suplicó.

–Esta bien –me levanté–, volveré por ti.

Caminé las tres cuadras oscuras y vacías, la luna estaba totalmente ausente, no se imaginan lo asustada que estaba, divisé el auto y corrí por él, me subí rápidamente y me repetí varias veces "tu puedes".

Encendí el auto, respire profundo y lo puse en marcha, al principio se detuvo muchas veces, mis manos temblaban, nunca había manejado en vida, a excepción de cuando era pequeña y papá me enseñaba. Al parecer de algo sirvieron esas clases que me hizo a los 7 años. Llegué donde Logan, me acerque a él, lo ayude a levantarse poniendo su brazo al rededor de mi cuello.

No se como logré subirlo al auto, pesaba mucho pero él me ayudo demasiado, lo subí de copiloto, apenas podría moverse, cerré la puerta y me subí yo, eché andar el auto, estaba tan nerviosa.

–Te llevare a un hospital –dije temblando.

–No es necesario –dijo e hizo un quejido.

–No me importa lo que pienses, yo te llevare a un hospital porque no estás para nada bien –acelere el auto.

Logan no dijo nada, sabía él que necesitaba que lo viera un médico, su cara estaba deforme, su ropa llena de sangre y su respiración cada vez más dificultosa.

Al llegar, unos paramédicos me ayudaron a bajarlo, inmediatamente entró, no me dejaron pasar así que tuve que esperara afuera, las minutos psaban tan lentos, estaba desesperada, solo caminaba de un lado a otro en la sala rogando que todo estuviera bien, no me gustaría que le pasara algo malo, al fin y al cabo era mi vecino. Luego de una hora el médico salió, solo estaba yo, no había nadie a quien avisarle, lo que yo sabía es que sus padres habían muerto.

–¿Usted es familiar? –preguntó el médico.

–No, soy su amiga.

–Bueno, Logan sufrió varios golpes, fractura en su pierna y dos de sus cosillas, esto afecta es su sistema respiratorio, creemos que podría haber dañado uno de sus pulmones. Él está en estado muy grave, debemos operarlo para ver si podemos salvar su vida.

Sentí como un balde de agua fría me mojo todo el cuerpo.

Me sentía tan mal, nos sabia que hacer, sabía que era grave, pero no tanto, tenía un nudo en la garganta, lo único que necesitaba era llorar. Me sentía desesperada y sola, así que llamé a Macarena tratando de disimular mi dolor lo más posible.

¿Diga?, –respondío la llamada, su voz fue consuelo para mi.

–¿Estabas durmiendo? –pregunté.

–No –respondió seca.

Disculpa por irme así –senti que en cualquier momento explotaria en llanto.

No te preocupes, al parecer tu novio te necesitaba más que yo –dijo molesta.

*****

Hola!

Después de un año volví a actualizar 😱😱😱

Yo se que muchos me deben odiar pero volví para quedarme 😘❤️

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Besos

Stay With Me ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora