Capítulo 31. Pizzas y Brindis

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Capítulo 31. Pizzas y brindis:

–Pero arriba ese ánimo Lindsy –me dijo Francisca–. ¿Que te parece si vamos donde Ross y La fiera? Así te distraes y hablas con Ally... Ustedes necesitan conversar.

–Lo sé –comí un poco–, creo que igual podría ir, para así despejarme.

–Exacto, mira nos vamos en mi auto, te quedas a dormir en mi casa y yo te traigo mañana cuando venga a la universidad. Estarás aquí temprano, ni siquiera se darán cuenta que te fuiste –hablaba tratando de convencerme.

–Está bien –le sonreí–. Iré contigo.

–Bien! Terminamos de comer y nos vamos –aplaudió emocionada.

Y así lo hicimos, terminamos de comer, yo me cambié de ropa, hice un bolso con un poco de ropa, le envié un mensaje a mamá avisándole y salimos de mi departamento. Cuando íbamos en el pasillo me tope con Logan, él justo iba entrando su departamento -que estaba al lado del mio-, con una chica rubia despampanante.

Le sonreí y él hizo lo mismo. Francisca los miró de pies a cabeza a ambos.

–No se si me gusta más la chica o el chico –susurró mientras entrábamos al ascensor y yo reí–. ¿Son tus vecinos?

–Solo él –respondí apretando el botón.

–Soy muy lesbiana pero sé reconocer a un hombre guapo –me miró coqueta.

–No pierdes el tiempo eh –emití una carcajada.

–Igual me gustan más las colegialas –dijo cerca de mí oído y ambas reímos.

Su auto estaba fuera de mi edificio, nos subimos y comenzamos el viaje.

–¿Cómo se conocieron? –pregunté mientras entrábamos a la carretera.

–¿Con quién? –me preguntó pegándome una mirada rápida.

–Con las chicas –respondí.

–En una fiesta, Macarena, Rosie y Alex ya eran amigas. Yo fui a una fiesta con mi novia en ese momento y rompió conmigo esa noche, yo estaba destrozada –comenzó a contarme–, era muy pequeña, ni siquiera sabía lo que era el amor pero yo sufría... y mucho. Recuerdo que esa noche lloré como María Magdalena y Javiera me encontró por ahí así que me consoló esa noche, tomamos un trago y empezamos a conversar, ella es dos años mayor que yo pero de inmediato nos llevamos excelente –hablaba con la mirada fija en la carretera–. Al rato nos encontramos con las chicas. Vi a Macarena y me enganché con ella, tengo una pequeña manía con las manos, y justo me la encontré en el bar mientras recibía un trago, y sus manos son preciosas. Javiera se enamoró de inmediato –me pegó una mirada rápida–. Ally se fue a su grupo y con Javiera la seguimos, le ofrecimos unos tragos y al día siguiente éramos las 5 mejores amigas, así de fácil.

–Wow, ¿Así nada más? –reí.

–Sí –sonrió–, nos unimos muy rápido las 5, a pesar de tener muy distintas personalidades... Era como si estuviéramos destinadas a estar juntas.

–Lo he notado, son todas distintas ¿Como las definirías? –pregunté.

–Alex es la madre del grupo, es quien lo inició, ella tiene la personalidad muy fuerte, es muy sincera, siempre anda metiendo la pata con sus bromas pesadas pero nunca se equivoca, ella es muy observadora, se fija en tus movimientos, en las miradas, en los gestos, todo –miró su reloj–. Tiene un pasado bastante triste, sus padres la abandonaron cuando pequeña, la dejaron con sus abuelos, años después ellos fallecieron porque eran muy viejitos y fue a un hogar de menores, estuvo algunos años y se escapó. Ahí conoció a Rosie, son la pareja más adorable que conozco, se aman mucho –dijo sonriendo tierna–. Rosie le salvó la vida, Alex se fue a vivir con ella y sus padres. Los padres de Ross la quieren como su hija.

Stay With Me ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora