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Capitulo 9. Embarrado

Capítulo 9. Embarrado:

Sentí mi sangre hervir por dentro, quería golpearlo pero intente disimular mi irá. Miré a Macarena y a Nolan avergonzada y ellos me sonrieron.

Escuché a los lejos una risita, pero no cualquier risa, una familiar, respire profundo esperando encontrarme cara a cara Logan, él salió de la cocina con una sonrisa pícara, sin importarle que mi profesora y un niño estuvieran conmigo.

Sentí más rabia aún al verlo ahí, camine cojeando a causa de mi tobillo y me acerqué a él, lo fulmine con la mirada para demostrarle que no me agradó para nada su sorpresa. Entré a la cocina y el me siguió, cerré la puerta a mis espaldas quedando sólo nosotros dos.

—¡¿Que carajo te pasa?! —grité, ya no podía controlarme.

—¿Que pasa Gatita? —se acercó a mí—. Sólo era una sorpresa —sonrío de lado.

—¿Me ves cara de que me gusto esta mierda? —apunté mi cara.

—Pero la sorpresa aún no termina —se acercó aún más a mi sintiendo su respiración muy cerca de la mía.

Aún molesta lo empuje alejándolo de mi, mordí mi labio con furia, quería matarlo.

—¡Eres un cerdo!¡Vete de aquí! —apunté la puerta.

—Pero Lin, no seas así —dijo irónico—. ¿Haces esto sólo por qué están ellos afuera? —se refirió a Nolan y Macarena.

¿Cómo podía ser tan idiota?

—Logan, habló muy enserio, si no te vas harás que me enoje más de lo que estoy —hablé molesta.

—Mi intención no era hacerte enojar, sólo quería que pasáramos un momento a solas, tu y yo —bajo su mirada.

—Quiero que te vayas de mi casa, ahora Logan. Estoy demasiado molesta, mañana hablamos —intenté relajarme.

Él no dijo nada, sólo salió de la cocina un poco molesto, sentí mucha pena, acomodé mi cabello y salí también de la cocina.

—Lo siento mucho —le dije a mi profesora.

Miré a mi alrededor, Logan ya se había ido.

—No te preocupes —respondió Macarena.

—¿Es tu novio? —preguntó Nolan.

Lo mire atónita, su pregunta me incomodó de cierta manera, miré a Macarena y ella tenía el semblante bajo.

—No Nolan, no es mi novio.

—¿Y por qué te regalo todo eso? —apuntó el sillón—. ¿Se aman?

—¡Nolan! —Macarena lo fulminó con la mirada—. Esas cosas no se preguntan.

Sonreí incomoda e intente cambiar el tema.

—¿Desean algo? ¿Agua, café o té? —evite el tema.

—¡Yo quiero pizza! —gritó Nolan.

—¿Que te parece si pedimos una pizza y ustedes se quedan a comer acá? —pregunté riendo.

—¡Si! Por favor tía —la miró—. ¿Podemos quedarnos aquí con Linsday un rato más?

—Claro —río.

(...)

*Llamada Kent* (20:38 p.m)

—¿Y cómo estuvo tu fin de semana Linsday? —me preguntó Kent.