Domingo
Me levanto y termino de guardar la ropa en la maleta, nos vamos en tres horas a Mallorca.
-¿Vamos a buscar a los gemelos? -Pregunta.
-Está bien.
Vamos a su casa, cuando llamamos abre Dani y siento como me derrumbo poco a poco.
-Pasad. -Sonríe. -Mi hermano está en el baño y sale ahora.
Mi hermana y yo pasamos, nos sentamos en el sofá en completo silencio, es bastante incómodo.
-¿Teneis ganas? -Pregunta Dani rompiendo el silencio.
-Un montón. -Añadí sin más.
-Siempre quisiste ir.
-Lo sé.
Por unos segundos nos miramos a la cara, y Dani sonríe. Ahora mismo, estoy por levantarme y darle un abrazo, le hecho de menos.
Mi hermana nos observa atenta pero suerte la mía que aparece Jesús.
-Vámonos. -Ordena.
***
Estoy a punto de llorar, estamos en el avión y el tutor me ha obligado a sentarme con Daniel Oviedo en vez de mi hermana. El momento del aterrizaje y el despegue es lo que peor llevo, lo paso fatal.
-¿Estas bien? Te veo nerviosa.
-Me da miedo los aterrizajes y despegues.
-¿En serio? -Se ríe. -Ven anda.
Dani pasa sus brazos por mis hombros y me atrae hacia él, haciendo que mi cabeza se esconda en su pecho.
No aguanto más y rompo a llorar en silencio. Cierro los ojos para intentar controlar las lágrimas, pero se quedó en el intento.
Dani se mueve y me separo un poco de él, pero en seguida me vuelve a atraer a su cuerpo.
-Aunque no estemos juntos, nunca dejaré de protegerte.
-Gracias. -Susurro despacio.
*Narrador en tercera persona*
Eva y Jesús mantienen una pequeña discusión sobre el tiempo que va a hacer en las islas durante esa semana.
-Da igual, si lo vamos a pasar en la piscina. -Añade Jesús mirando un punto fijo.
-¿A quien miras? -Pregunta la chica con un tono dulce.
-A mi hermano.
Eva también dirije su mirada hacia el pequeño de los gemelos y su amiga.
-Está llorando. -Dice Eva una vez que se ha fijado.
-¿Elena?
-Sí, la conozco perfectamente. Miralos, con lo bien que están así.
-Hacen una buena pareja. -Admite Jesús dándole un beso en el hombro.
-Tu hermano ha sido muy capullo con ella Jesús. No se lo merecía.
-Tienes razón, pero yo sé que el la quería, y que aunque haya estado con ella hasta hace poco el la hubiera dejado hace mucho tiempo.
-¿Y por qué no lo hizo?
-Porque le prometió a una persona que iba a hacer lo que fuese para que aprobara todo, y ha preferido seguir con ella porque si la deja, sabe que no iba a estudiar.
-¿De verdad? -Pregunta incrédula. -Tu hermano, aunque sea así tiene buen corazón.
-Sí, ayuda a las personas que le importa.
***
Lucía, la pequeña de las gemelas observa a su hermana con cariño y ternura. Coge su libro y empieza a leer.
Alejandro, el chico que le gusta desde hace un par de meses lo tiene justo ahora sentado a su lado en el avión, y por no hacer el ridículo una vez más decide por no prestarle atención.
-¿Que lees? -Pregunta aquel joven pelirrojo.
-Bajo la misma estrella. -Responde bajo.
El chico le dedica una sonrisa que hace que se ponga roja.
-Si quieres... -Comienza. -En el hotel hay piscina, vente algún día conmigo. O a unos bolos. ¿Quieres?
-Está bien. -Sonríe tímidamente.
-Pensaba que este viaje iba a ser bastante aburrido, pero ya veo que no.
Lucía y Ale comienzan una entretenida conversación. Parece ser que se va a pasar rápido el viaje a todos los alumnos de aquel instituto de Mairena.