Horas antes...
*Narrador en tercera persona*
-Dani. -Dice Lucía abrazándolo. -Creo que tenemos que hablar.
La cara de Dani cambia en cuestión de segundos. No quiere escucharlo.
-Dime. -Responde no muy seguro.
-He estado hablando con mi hermana y... -Lucia hace una pausa y mira al suelo. -Te sigue queriendo como el primer día.
-¿Y que pasa? Si ella me quiere no significa que yo no te quiera a ti.
-Si ella te quiere ed porque algo bonito vivisteis juntos, Dani. Tú... ¿La quieres?
El chico se queda en silencio, sí, claro que la quiere. Pero necesita olvidarse de ella y pasar página.
-Lo sabía. -Susurra Lucía. -Sabia que la quieres.
-Lucía yo... No lo sé.
-Yo sí. -Comienza a llorar. -Así que, coge ahora un vuelo a Sevilla porque se que te necesita Dani.
-¿Tu también sientes algo raro?
-Sí... Creo que les pasa algo. Por favor, ve. Recuperala y hazla feliz.
Dani abraza a la chica y se queda así dura te un rato.
-Gracias Lu. Eres increíble.
*Narra Elena*
-¿Estas un poco mejor? -Pregunta.
-Un poco. Gracias.
-No las tienes que dar. Sabes que me tienes aqui siempre.
-Dani... -Susurro. -Hay algo que no te he dicho y debería.
-¿Que pasa?
-Es sobre Carlos.
Al decirlo se tensa, no sé si sospecha algo. Pero tengo miedo.
-¿Que pasa? -Pregunta preocupado.
-Verás... -Comienzo. -Carlos como sabes es mi hijo...
-Si.
-Y también tuyo. -Finalizo con los ojos cerrados.
-Te quiero. -Dice. -Que hemos roto Lucía y yo. Porque te sigo queriendo Elena...
Me acerco poco a poco hasta quedarme a milímetros suyos, quizás un beso suyo sea lo que me de fuerzas ahora. Y lo hace, sus labios se encuentran con los míos en un beso lento, las grietas se unen formando un puzle a la perfección. Con bastantes ganas.
-Te quiero. -Susurro juntando nuestras frentes.
-Yo también Elena, quiero volver a estar contigo.
-Pues volvemos. -Respondo sacandobuna sonrisa, verdadera.
-Has sonreído.
-Tu haces que sonría incluso en los peores momentos Daniel.
*Narra Jesús*
Le doy un sorbo al cubata que me he pedido hace tiempo, sí. No debería beber, pero no lo puedo evitar.
Cierto los ojos conteniendome una vez mas las lágrimas, pero lo doy por imposible. Abro la galería del móvil, buscó una de las fotos que tengo con ella y elijo una en blanco y negro. Es un selfie que hago yo, salgo haciendo una mueca rara mientras que ella me da un beso en la mejilla, me encanta.