Eres un recuerdo dormido (Gemeliers) [EDITANDO]

Capítulo 28 - (2° Temporada)

Me mira fijamente a los ojos, no, no puedo. Empiezan a aguarse, me aguanto las lágrimas. Dani cierra los ojos y se echa hacia atrás.

Los minutos se hacen eternos, ninguno de los dos dice nada, pero a mí me es imposible hablar.

Se acerca poco a poco a mí y me abraza.

-No. -Susurro. -Dani no por favor.

Se separa de mí y vuelve a apartar la vista, creo que a él le duele más que a mí.

*Narra Dani*

No puedo mirarla a los ojos, me duele que me haya engañado. Siento como si tuviera que protegerla, y que no se fuera nunca, porque no quiero que se vaya.

Me muerdo el labio inferior aguantandome las lágrimas, le cojo con mísero cuidado sus dos manos. Pero las aparta bruscamente, joder.

-Me tengo que ir. -Dice rompiendo el silencio. -Voy a hacer la maleta.

Y sin dejar que yo responda, sale de la habitación en la que estábamos.

Voy a la cocina, dónde están mis padres y Jesús y me vuelvo a sentar con ellos.

-Dani. -Me llama Jesús. -Luego hablamos. -Sin decir nada más, asiento y vuelvo a intentar comer.

***

-Desembucha. -Dice una vez que estamos solos en la habitación.

-No quiero perderla.

-Dani, ambos os habéis hecho daño. Lo mejor va a ser que os deis un tiempo el uno y el otro.

Miro a mi hermano, que en realidad tiene bastante razón, un tiempo no vendría mal.

Salgo de la habitación, y abro la puerta que hay en frente, la de invitados. Dejandome ver a Elena de espaldas recogiendo las maletas

*Narra Elena*

Las lágrimas no dejan de cesar, mientras guardo el último chaleco que me queda.

Sé que alguien me está mirando, es Dani. Suspiro y cierro la maleta.

-¿Que quieres? - Pregunto borde.

-Acompañarte. Vamos. -Ordena.

-No. -Contesto.

Cojo la maleta para salir de la habitación, pero él se pone delante como un guardia de seguridad en una firma de discos, sin dejarme pasar.

-Por favor, dejame.

-Quiero acompañarte.

Suspiro cerrando los ojos y agachando la cabeza.

-Está bien, vamos. -Cedo y el me coge la maleta.

El camino se me hace largo, en completo silencio.

Una vez que llegamos, compruebo que el billete esté bien, y veo la hora que sale el tren. En diez minutos.

-Lo siento. -Dice. -Siento haberte hablado así antes, yo no...

-Dejalo. Aquí la que tiene que perdir disculpas soy yo, no lo he hecho nada bien.

Dani asiente sin apartar la vista de mis ojos.

-Además iba borracha, yo... No sé qué hice.

Niega con la cabeza y entiendo que quiere decir que estoy perdonada.

-¿Me perdonas? -Pregunto poniendo cara de cachorrito. -Por favor.

El sonríe, y se acerca poco a poco hasta juntar sus labios con los míos, por fin. Hace que se unan y encajen todas las grietas que hay, sin darme cuenta me atrae más hasta que no hay nada de distancia entre nosotros. Baja sus manos por mi brazo hasta que choca con la mía, y las entrelaza. Es adorable.

Al separarnos, veo como brillan sus ojos y apoyo mi cabeza en su hombro mientras rodea mi cintura con sus brazos.

-Te quiero. -Susurra. -Ya no sé como demostrartelo.

-No hace falta que me lo demuestres, con estar aquí me sobra.

-Pero... Creo que no va a llegar a ninguna parte.

-¿Que? -Pregunto echandome hacia atrás.

-Necesito un tiempo, aclararme...

-Pero... ¿Por qué?

-Quiero saber que pasa entre nosotros, saber que es lo que falla para que acabemos mal, y que después volvamos, sólo necesito saberlo. Un tiempo.

-Bueno... Si tu quietes un tiempo, habrá tiempo. -Cedo mirando el reloj. -Me tengo que ir.

-¿Cuanto falta para que salga?

-Cinco minutos.

Me despido dándole un largo abrazo, camino por la estación hasta llegar a mi tren, le miro por última vez y él me saluda con el brazo a la vez que me lanza un beso.
Yo le lanzo otro, le guiño un ojo y entro en el tren, de vuelta a casa.

Al sentarme, me asomo a la ventanilla. Todavía está ahí. Sonrío, este fin de semana ha sido muy diferente pero, lo que me puedo llevar es que sé que Dani me quiere, que yo le quiero, y que ambos vamos a hacer cualquier cosa para poder demostrarlo.