Suena el timbre, visto que no hay nadie tengo que ir a abrir. Me quito las lágrimas mientras voy hacia la puerta y abro. Aunque me arrepiento de haberlo hecho.
-¿Como estás? -Pregunta apoyado en la puerta.
-Como una puta mierda. -Respondo sincera.
-Pero, ¿qué te pasa? ¿Por que estás así?
-¿Es que no lo sabes? -Le pregunto.
-No...
-Oh vamos Daniel. -Digo llorando. -Que mientes más que hablas.
Se queda callado, se guarda el móvil en el bolsillo y las manos también.
-¿Desde cuando? -Me atrevo a preguntar.
-Dos semanas, Elena...
Lo miro y cierro de un portazo. No sé como puedo confiar en él. No sé como pude pensar que esto iría bien. De verdad que no lo sé.
Entro llorando a la habitación. Lo que empezó siendo un buen día, ha acabado siendo una mierda. Y todo por su culpa, no lo entiendo.
Me tumbo en la cama, cojo la almohada coloco mi cara sobre ella, con fuerzas intentando reprimir las lágrimas.
-¿Que pasa? -Pregunta Álvaro entrando.
-Daniel Oviedo es un gilipollas.
-¿Algo nuevo? -Pregunta abrazandome.
-Anda, ¿peli?
-Ciudades de papel. Por favor. -Suplico.
-Pues venga, vamos.
Nos vamos al salón, mientras que hago las palomitas él pone la película, y la verdad qur consigue que me olvide de todo un poco.
***
-¡Elena vamos! -Gritan mis primos desde abajo.
-¡Ya voy, ya voy! -Exclamo cogiendo la mochila.
-Pesados. Que voy bien. -Digo cuando estoy abajo.
-Venga que no llegamos. -Dice Carla abriendo la puerta.
Los cinco salimos, camino del instituto.
***
Mi hermano y yo entramos en clase, no puedo evitar su cara cuando ve a Marta.
-Tranquilo. -Susurro.
-Siéntate conmigo por favor.
-Claro. Voy a hablar con ella.
Me acerco hacia dónde están Marta y Bea.
-Buenos días. -Dice Bea dándome dos besos.
Le sonrío y la saludo, luego miro a mi otra amiga seria.
-Marta tenemos que hablar. -Añado enfadada.
Gira la cabeza hacia donde está mi hermano y sonríe triste.
-¿Cómo está? -Pregunta sin apartar la vista de él.
-Marta... -La miro y veo que está llorando. -Habla con él.
Me abraza y empiezo a acariciarle la espalda.
-No sé que pasó Elena. Me dejé llevar y...
-Cariño, conozco a Jesús. Y se que no está en condiciones como para besar a otra.
Me separo de ella y le limpio las lágrimas que recorrían sus mejillas.
-Hablamos luego.
Llego donde está mi hermano y me siento a su lado.
-Eh Guille. -Saluda Antonio. -¿Qué toca ahora?
-Sociales. -Resopla tumbadose sobre la mesa.
*Narrador en tercera persona*
-Dani, ¿estás bien? -Pregunta Ángela cuando lo ve entrar en clase.
-No. -Responde seco. -Fui un gilipollas con ella Ángela.
-A ver. -Dice abrazándolo. -¿Como piensas arreglarlo?
-No lo sé. -Responde cansado. -No puedo ir más a Barcelona.
-Quizás tú no puedas ir hacia ella, pero ella si pueda venir hacia ti.