*Narra Lucía*
Suena el timbre y perezosamente voy a la puerta, la abro y ahí está Jesús. Sonrío al verle, pero no tengo fuerzas para nada.
Jesús me abraza y le correspondo.
-¿Que tal canija? -Pregunta.
-Con 40 de fiebre pero oye, estupendamente.
-Anda que tú también ponerte mala ahora.
-Mejor, así mi hermana me pasa las preguntas de los exámenes, cosas de gemelas, tu me entiendes. -Digo guiñándole un ojo y se ríe.
-Oye, hablando de hermana, ¿esta? -Pregunta.
-Que va, ha salido a dar una vuelta con el tuyo.
-Estos dos acaban juntos otra vez.
-Pues sí. -Dice sentándose en el sofá.
*Narra Elena*
-Entonces, ¿os vais?
-No lo se. -Suspira nervioso. -Pero no me quiero ir.
-Dani.
Levanta la vista para mirarme a los ojos.
-Te quiero. -Susurro.
Éste suspira y mira al suelo, y me vuelve a mirar a mi.
Nos separan apenas unos centímetros de distancia, cierro los ojos cuando ya escucho su respiración. Siento sus labios rozando los míos y me dejo llevar.
-¡Dani corre ven! -Grita una voz infantil detrás nuestra.
Dani se separa y va hacia la pequeña.
-¿Que pasa Mi?
-Que te he visto y quiero jugar.
-Miriam, ahora no puedo cielo.
-Oh vaya, ¿quien es? -Pregunta mirándome.
-Es una amiga, hace mucho tiempo que no la veía por eso ahora no puedo jugar.
La niña pone cara de pena.
-Bueno, me voy con la tita Eva. Adiós. -Se despide de su primo dándole un beso y de mi con la mano.
-Hasta luego Mi.
La niña se va y Dani vuelve a sentarse junto a mí.
-Que mona.
-Son los genes Oviedo, sale a su primo.
-Idiota. -Digo dándole un toque en el hombro.
-Se me hace tarde, ¿volvemos?
Se levanta y estiro el brazo para que me ayude.
-Pasarán los años, pero sigues siendo igual de vaga.
Me ayuda a levantarme y sin darme cuenta estamos en la puerta de mi casa.
-Mañana si quieres... -Comienza.
-No puedo, estoy agobiadisima con los exámenes.
-Bueno pues hasta el lunes. -Sonríe y me da un beso en la mejilla.
Cierro la puerta y no puedo evitar sonreír, es tan mono y veo a Jesús y Lucía viendo una película juntos.
-¿Tardes de mejores amigos Lu? -Pregunto acercándome a ella.
-Ajá. -Responde haciéndome hueco en el sofá.
-¿Y tú qué?
-Nada, lo normal.
Mi hermana y yo nos miramos, con esas miradas que nos comprendemos a la perfección.
-Hablamos luego. -Anuncio subiendo las escaleras de casa.
-Hasta mañana guapetona. -Escucho por parte de Jesús.
Me tumbo en la cama, tengo mucho que pensar.
***
-A ver. -Dice mi hermana abriendo la puerta. -¿Que ha pasado?
-Casi beso a Dani. -Añado echandome hacia atrás.
-Acaba de llegar.
-Ha empezado él, o yo... O no sé... Me estoy comiendo la cabeza.
-Tomate un tiempo. Lo pasastes mal cuando se fue.
-Y no quiero pasarlo mal, Lu.
-Verás como esta vez va a salir mejor.
-Eso espero, porque Dani es muy importante para mí.