-Dormilona. -Dice Carla moviéndome.
-¿Que hora es? -Pregunto frotándome los ojos.
-La una.
-¿Y Carlos?
-Mi madre ha ido a dar un paseo con él, no te preocupes. Oye, tu conocías a Jesús de antes ¿verdad?
-Y a Dani. -Respondo sin ganas.
Mi prima ve que respondo rara, y es que recordarle es que el corazón se me volviera a partir en pedacitos.
-Eh, que sabes que estoy aquí para lo que sea. No importa que sea fan o no, que soy tu prima y te quiero ayudar. Puedes confiar en mí.
Al final decido contarle la historia, menos que Dani es padre, mi prima estaba boquiabierta.
-Por eso no me querías acompañar, no hace falta si quieres eh.
-Da igual. -Me encojo de hombros. -Mejor te acompaño yo que alguno de nuestros hermanos.
-También es verdad. Pues no sabe lo que se pierde. Y tu hermana también.
-Gracias. -Respondo abrazándola.
***
Termino de peinarme, faltan diez minutos para que lleguen los invitados a cenar.
Llaman a la puerta, mi prima va a abrir mientras me aseguro de estar bien.
-Ostias. -Le escucho decir.
Bajo mirando el móvil, alzo la vista y me encuentro con la familia Oviedo, todos.
Mi prima los miraba asombrada, me acerco a ella y los saludo.
-Cierra la boca que te van a entrar moscas. -Digo riendome. -Hola. -Saludo amable.
-¿Elena? -Pregunta Eva. -¡Que de tiempo hace que no te veía!
Le voy a dar dos besos, al igual que Juan Carlos padre e hijo, a Jesús un abrazo y Dani... Nos quedamos mirandonos fijamente.
-Vamos entrando nosotros. -Dice Eva dejándonos solos en la puerta.
-¿Morena? -Pregunta asombrado.
-¿De verdad que solo dices eso después de un año sin hablar? A ti no hay quien te entienda chico. -Añado enfadada. -Sí, me lo puse porque me dio la gana.
Me doy la media vuelta con intención de entrar, pero me agarra del brazo.
-Lo siento.
-Vete a la mierda.
Entro en casa enfadada, y con rabia. Dani entra detrás mía, en silencio.
Nos sentamos a comer, estoy entre Javi y Carla, en frente a Jesús y a su lado Dani, que no deja de mirarme triste, y me da igual.
Miro a mi hermano divertida, porque él no deja de mirar a Dani con bastante odio.
-Bueno, ¿y que tal te va Elena? -Pregunta Eva.
-Pues bastante bien. -Respondo sonriendo. -No me ha costado mucho adaptarme.
-A mis hijos sí.
Escucho a Carlos llorar por el transmisor.
-¿Hay un bebe en casa? -Pregunta Juan Carlos, el hermano de los gemelos.
-Sí. -Responde mi tía antes de que yo diga nada. -Es un sobrino mío, que lo estamos cuidando unos días.
Jesús y yo nos miramos, el suspira de alivio y yo me levanto a ver que le pasa.
Subo con pereza los escalones, uno a uno hasta que llego a la planta. Abro con cuidado la puerta de mi habitación y me siento en la cama.
Observo la cuna, Carlos está con los ojitos abiertos y los puños cerrados dándose pequeños golpecitos insignificantes en la cara. Lo adoro.
Paso mi mano por uno de los barrotes de la cuna y él me agarra el dedo índice. Me apoyo en la cuna y le contemplo un tiempo, me da mucha tranquilidad.
Miles de recuerdos con Dani me vienen a la mente, y sin darme cuenta ya estoy llorando, ojalá pudiera estar con él como antes, pero es imposible.
-Conque primo, ¿no?
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Pasaos por mi otra novela