Mi hermano y yo volvemos a casa después del instituto.
-¿Que ha pasado con Marta? -Pregunto.
-Nada. -Se encoge de hombros. -Hablamos y los dos acabamos llorando.
-¿Y en qué quedasteis al final?
-En que no nos hablemos.
-Bueno, va a ser duro. Pero lo vas a conseguir hermanito.
-Gracias. -Se acerca a mí y me da un dulce beso en la mejilla.
-Ve entrando en casa. Ahora voy. -Digo al ver que me suena el móvil.
-¿Si?
-¿Elena? Soy Eva.
-¿Que Eva?
-Eva Morilla, la madre de los gemelos.
-¡Ah! Hola Eva, ¿qué tal?
-De eso te quería hablar...
-¿Que pasa? ¿Va todo bien?
-Mis hijos... -Susurra. -Necesito que les ayudes por favor.
-¿Por qué yo?
-Ninguno levanta cabeza. Jesús desde lo de Eva está fatal. Y Dani... Bueno, no le veo salor de la habitación. Solo para ir al instituto.
Se perfectamente que ella está llorando, es su madre.
-Y no sabes lo que le duele a una madre ver a sus hijos así. He intentado ayudarles, han ido a terapia, las fans están intentándolo todo, pero nada... Han cancelado todos sus conciertos y firmas de estos dos meses. Elena ppr favor... Ayúdame.
-Eva, yo no estoy bien con Dani. No sé si podré ayudar.
-Por favor, aunque sea uno...
Me siento en el escalón que hay en la puerta de mi casa.
-¿Y cómo lo hago?
-Vente a Madrid un fin de semana. Te quedarías aquí en nuestra casa y to voy a recogerte.
-Está bien. -Cedo suspirando. -Voy a hablar con mi padre y te llamo cuando sepa algo.
-Ay, muchísimas gracias de verdad.
-De nada Eva, veras como están bien.
***
-¡Papa! -Grito cuando entro. -¿Podemos hablar?
-Claro.
Nos sentamos en el salón y dejo el móvil sobre la mesa.
-Me ha llamado Eva, la madre de los gemelos.
-¿Le pasa algo? -Pregunta mi padre preocupado.
-No está bien. -Suspiro. -Al parecer nos gemelos no están bien, ella ha hecho lo que puede para animarles pero le ha sido imposible papá.
-¿Y qué tienes que ver tú?
-Quiere que vaya a Madrid este fin de semana. Cree que si voy yo puede que los gemelos se animen un poco.
-¿No estabas enfadada con Dani? -Pregunta pensativo.
-Ella lo sabe, pero dice que por lo menos uno esté feliz le vale.
-¿Donde te quedarías?
-Eva va a recogerme a la estación y me quedaría en su casa.
Mi padre de echa hacia atrás cruzado de brazos.
-¿Entonces? -Le pregunto nerviosa.
-Si tu quieres ir, yo te dejo cariño.
-Ay, gracias papá. -Le abrazo. -Voy a avisarle.
Cojo el teléfono, me separo de mi padre que ya está sacando el billete y llamo a Eva.
-¿Si? -Escucho cuando descuelga.
Mierda. Mierda. Mierda. Es Dani.
-¿Esta Eva? -Pregunto.
-Elena... ¿Para qué llamas a mi madre?
-¿Esta o no? -Pregunto borde.
-S-Sí... -Hace una pausa. -Un momento. -¡Mama el teléfono!
Hay silencio, escucho un ruido y se pone Eva.
-¿Hola? -Pregunta.
-Eva soy Elena. Acabo de hablar con mi padre.
-¿Y al final qué? -Pregunta.
-Está sacando el billete para el viernes por la mañana.
-¡Perfecto! -Grita. -Entonces voy para allá.
-Vale, hasta el viernes entonces.