"Lo he intentado, he intentado buscarte, te seguí pero no me dejaron pasar. ¿Por qué? Ni yo mismo lo sé, sigo aquí, en los escalones de esta estación acordándome de como hace unos minutos te estaba viendo bajar. No pude hacer nada. ¿Pero sabes qué? Te quiero dar las gracias, gracias por todo lo que has hecho por mí, porque eres increíble, te quiero. He aprendido muchas cosas de ti, me has hecho sonreír como no lo ha hecho nadie, ni mi hermano. Pero... Esto no es fácil. Quiero que hagas una cosa, que me olvides. Quiero que olvides lo que has sentido por mi, todos esos momentos, esos abrazos, esos besos. Va a ser lo mejor. Yo no quiero olvidarme de ti, pero lo voy a intentar, ¿por qué? Porque cada uno vive en una punta del país y sé que va a ser duro, no quiero que sufras. Quiero que encuentres a alguien con el que estés bien, y consiga sacarte esas sonrisas tuyas, como te las sacaba yo. Y por último, si lo lees, no me respondas. Estoy derramando muchas lágrimas mientras escribo esto, pensando en ti. Y sé que si me respondes estaré peor, recuerdalo: TE QUIERO RUBIA.
Recuerdo cada palabra de ese mensaje, acabamos de llegar a Barcelona, y es precioso. Cojo mis cosas y sigo a mi padre, porque no sé a dónde vamos.
-¿A donde vamos? -Pregunto para romper el silencio.
-A casa de la tía Marina, ¿te acuerdas de ella?
-No... Supongo que era muy pequeña.
-Es verdad. -Sonríe. -Quiero que estés bien cariño.