Yui caminó por las largas y anchas galerías del centro comercial repletas de tiendas, y gente sin prestar atención a nada de lo que le rodeaba. Andaba ausente, acompañado únicamente de un ruido punzante y agudo que le perforaba los tímpanos.
Asaki lo había echado; expulsado de su presencia de la peor manera que podía haberlo hecho: con la mirada helada y usando formalmente su apellido. Era como si hubieran pasado de ser novios —o algo así—, a ser completos extraños.
Se sentía peor que antes de haber ido a buscar a Masato para solucionarlo. ¡Mierda! ¿Por qué había sido tan imbécil? Yui se detuvo de golpe, obstaculizando el camino, e ignoró los comentarios y las miradas de enfado de la gente de atrás que se vio obligada a rodearle para continuar el camino.
—Joder —masculló con los dientes apretados—. Joder.
Se llevó las manos a la cabeza y se frotó el pelo con fuerza, dejando escapar un gruñido desesperado. ¿De verdad iba a marcharse sin más? Había ido a solucionarlo y sólo había conseguido complicarlo aún más. ¿Tan difícil era pedir perdón? Yui dejó gradualmente de frotarse la cabeza y miró al frente con la mirada vacía. Y estaba eso. Asaki había pasado la noche allí, trabajando... ¿Por qué, se sentía tan miserable de sentirse tan aliviado? Siguió mirando el vacío y contuvo las ganas de echarse a gritar. Necesitaba golpear algo... Si seguía así terminaría volviéndose loco. Centró la mirada y pisó con fuerza con el pie derecho, girando para regresar sobre sus pasos, pero antes de hacerlo alguien lo agarró del brazo y tiró de él con fuerza hacia la derecha, introduciéndole en los pasillos desiertos que conducían a los cines, cerrados a esas horas.
—¡Ey! —gruñó furioso, soltándose bruscamente y se giró con los ojos medio cerrados, preparado para comenzar una pelea, convencido de que aquel no era el mejor día de su vida—. ¿Qué mierda te...?
Yui enmudeció de golpe y se quedó mirando asombrado los inconfundibles ojos dorados de Asaki. Sabía lo que tenía que hacer, acaba de decidir, apenas hacia un segundo, que volvería, hablaría y se disculparía; sólo tenía que decir lo siento..., pero de alguna manera le costaba decir nada, aún sin salir de la sorpresa de verlo ahí, incapaz de apartar la mirada.
—Habl...
—¡Lo siento! —gritó sin pensar, interrumpiendo al modelo.
Asaki mantuvo los labios entreabiertos pero no terminó de hablar; sus ojos le examinaban con atención, con la sorpresa reflejada en ellos. Los dos se miraron en silencio durante unos segundos eternos antes de que el modelo inclinara la cabeza y hundiera los labios en su boca, introduciendo la lengua entre sus dientes, enredándola con la suya, dominante y experto, Yui dejó escapar un jadeo mientras salía de la confusión y se apretó al cuerpo de Asaki, aferrándose a su camiseta con una mano, justo en la parte del vientre, rozando el extremo de su pantalón.
Cuando finalmente Masato deslizó la lengua hacia fuera, mantuvo las bocas unidas unos instantes, devorando con sus ojos dorados a Yui, que abrió los suyos lentamente, perdiéndose en la mirada del modelo antes de que éste separara los labios.
Durante unos momentos los dos se observaron en silencio, con la respiración ligeramente entrecortada.
—¿Cómo sabías dónde estaba?
La pregunta de Asaki sacó a Yui del estupor en el que se había encontrado hasta hacia unos momentos. Si Masato le hubiera hecho esa pregunta antes de besarlo, estaba convencido de que le hubiera dado un ataque de histeria, pero en ese momento hacía un gran esfuerzo por no bajar la mirada de nuevo hasta los labios del modelo.
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Eternidad (chico x chico)
Teen FictionMasato Asaki es un famoso modelo internacional que acaba de trasladarse al instituto de Yui. Al principio el modelo muestra una imagen y una forma de ser perfecta y encantadora, haciendo que Yui, al igual que todas sus fans tengas una idea muy equiv...