Eternidad (chico x chico)

Capitulo 22

            Yui caminó despacio, con los ojos entrecerrados y lamentando no haber aceptado la sugerencia de Asaki de quedarse en casa descansando. Había sido un acto reflejo a lo que él había considerado una vergonzosa provocación de parte del modelo. Había recogido sus cosas enfadado, sin mirarlo a la cara y se había acercado a la puerta de entrada.

            —Te llamaré luego —Había dicho Asaki mientras él salía por la puerta.

            Yui no respondió; sólo cerró la puerta de un portazo.

            Los primeros metros no lo había notado demasiado, pero a medida que se acercaba al instituto, no pudo evitar llevarse una mano a la parte baja de la espalda y caminó encorvado.

            —¡Eh! ¡Yui!

            Yui se giró con una mueca y vio a Isahi y Tamaka caminando hacia él.

            —Hola —murmuró de mal humor, retomando el titánico esfuerzo de poner una pierna delante de la otra.

            A esas alturas hubiera retrocedido y regresado a casa, pero para hacerlo tenía que volver a recorrer todo el —largo— camino hasta casa y eso significaba tener que moverse más de lo que su dolorido cuerpo podía tolerar.

            —Teléfonos apagados, caras lamentables de no haber dormido nada... tuvo que ser una juerga tremenda.

            Tamaka rió disimuladamente.

            —Bueno... —Iashi le lanzó una mirada de soslayo e hizo una mueca de disculpa, anteponiendo las manos unidas frente a su cara—, creo que le fastidié los planes a Yui con su novia.

            Yui sintió cómo se le comprimía el estomago y miró a Isahi molesto.

            —¿Tienes no novia? —preguntó Tamaka sorprendido.

            Yui trató de negar con la cabeza.

            —No...

            —¡Lo siento! —gritó Isahi, interrumpiéndole antes de que pudiera decir nada, algo de lo que se alegró. ¿Qué se suponía que se decía en una situación como en la que se encontraba?—. No se que fue lo que hice pero lo siento...

            Yui hizo una mueca.

            —Déjalo estar.

            Era mejor no pensar sobre eso. Tenía otros problemas. Asaki y él habían hecho las paces... o algo así. Tampoco quería darle demasiadas vueltas a lo ocurrido en la casa del modelo. Se frotó la cabeza con fuerza y se arrepintió de haberlo hecho, encorvándose un poco más.

            —Pues tu novia debió darte mucha caña estos días porque tienes un aspecto lamentable.

            Tamaka se echó a reír e Isahi no tardó en acompañarle, pero Yui les lanzó una lánguida mirada haciendo que la sonrisa de Tamaka se congelara instantáneamente en los labios y se mantuvo el resto del camino en silencio, escuchando la perorata de Isahi sobre unas chicas que había conocido y que le habían dado el teléfono.

            —Eran tres. ¿Por qué no quedamos todos con ellas? Sería una de esas citas múltiples.

            —Yo paso —dijo Tamaka rápidamente, entrando al instituto.

            —¿Eh? ¿Por qué? ¿Y tú, Yui?

            Yui apoyó una mano en la puerta y respiró hondo, feliz de haber llegado aunque no le entusiasmaba la idea de pasar tantas horas en la misma postura. ¿Por qué no se había ido a casa directamente? El mullidito colchón de su cama se le antojaba muy apetecible de pronto.