Capitulo 47

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—¿Asaki?

El modelo parpadeó confundido al escuchar su voz y se incorporó completamente, sentándose a un lado del sofá, aunque con el cuerpo mirando hacia Yui.

—¿Pasa algo? —Yui también se incorporó, preocupado por la extraña reacción de Masato y durante unos segundos en los que no consiguió poner en orden sus pensamientos, intentó recordar qué había dicho para que Asaki reaccionara de esa manera. ¿Era porque había mencionado a Aki? —No lo estoy diciendo porque esté celoso... ¡joder! No estaba pensando en... eso —Maldita sea, ¿a quién trataba de engañar? Todo lo que tenía que ver con Asaki le molestaba, pero en ese momento se arrepentía de haber abierto la boca—. Solo... —Yui farfulló algo, añadiendo una maldición mental y desvió la mirada antes de continuar diciendo—: solo tenía curiosidad por como lo hacías con los demás —Y estuvo a punto de atragantarse al terminar de hablar—. Lo de Aki, lo de mencionarlo solo ha sido porque siempre me hablaba sobre.... —Mierda, mierda... ¿por qué tenía que explicarse tanto?—, sobre la manera que lo hacíais y...

—Lo siento.

Yui levantó la mirada para clavarla, alucinado, en el modelo. Asaki lo estaba mirando y, aunque ya no tenía esa expresión de antes, parecía reflexivo. Pese a que había algo extraño en su comportamiento, la manera en la que ladeaba la cabeza, la forma en la que el cabello caía hacia la derecha de su cara y la línea ligeramente curvada de sus labios como si realmente pretendiera sonreír, hacia que Yui se revolviera incómodo. ¿Por qué mierda exacta se estaba disculpando ahora Asaki?

—¿Por qué?

Esta vez, Masato sí sonrió, pero apartó la cabeza y desvió la mirada.

—No soy tierno; tienes razón.

¿Estaba enfadado? Yui entrecerró los ojos. ¿O se estaba burlando de él? Ya la situación se había vuelto lo suficientemente extraña para que Yui no supiera cómo debía digerirla. Y no sólo por la disculpa repentina del modelo, sino porque era bastante increíble que se hubiera detenido en ese momento.

Pero lo que peor llevaba era tener que hablar de un tema tan bochornoso. Sobre todo si iban a meter por medio a los innumerables amantes de Asaki. Yui hizo una mueca, recordándose mantenerse sereno. Si Masato podía detenerse después de calentarse —y calentarlo, todo fuera dicho—, él podía soportar una dosis de explicación sobre la manera y la forma en la que se lo montaba con algunos de sus amantes... al menos podía intentarlo.

—No es... eso... —En serio, ¿de verdad iban a hablar de eso?

—¿No te gusta el sexo conmigo?

Yui respiró con fuerza y bufó cabreado cuando notó como iba sonrojándose. ¡No iba a entrar en su juego! O... ¡O en lo que fuera que estuviera ocurriendo ahí!

—No... sí... no lo sé —Yui gruñó varias incoherencias más y después volvió a bufar.

—¿No, sí, no lo sabes? ¿En qué quedamos?

Yui le lanzó una furiosa mirada al modelo, pero la intensa mirada dorada que le recibió le dejó sin palabras, completamente embobado por aquellos ojos que brillaban divertidos, algo que contrastaba con el pesar del fondo de su voz.

—Oye —gruñó con voz ronca, sintiendo el calor de sus mejillas expandiéndose hasta sus orejas y bajó la mirada hacia los labios de Asaki—, ¿de verdad pretendes continuar con esta conversación?

—Respóndeme, Yui.

La voz dura de Asaki hizo que su mirada regresara a los ojos dorados.

—Soy un hombre...

—Es algo que los dos sabíamos desde el principio.

Yui puso los ojos en blanco ¡Joder!

—¡Pues deberías saber que las cosas que me haces...! —el calor se hizo más intenso—, haces.... —Yui desvió la mirada—, es humillante...

Yui no se movió ni un centímetro a excepción de la forma graciosa en la que se elevaron sus cejas.

—¿Hablas de sexo anal? ¿Cómo pretendes que sea el sexo con otro hombre?

Yui apretó los dientes con fuerza.

—¡No me refiero a eso! —Y él lo sabía, maldita sea. Yui deseó borrar la maldita sonrisilla de los labios del modelo—. Eres... —Yui trató de borrar las imágenes que aparecieron de  golpe en su cabeza y sobre todo las sensaciones que recordaba de cada momento, el deseo, el placer, el dolor, la humillación y la rabia. Se habían entremezclado tan bien que sólo al pensarlo hacía que todo su cuerpo se estremeciera de excitación—... cruel.

Mierda, quería besarlo.

—Es cierto, por eso me disculpo.

Yui lo miró desconfiado. Era imposible tomarse en serio su disculpa si lo hacía con una sonrisa en la que mezclaba la culpa y la diversión.

—Ya —masculló irritado, apartando de mala gana la mirada de sus labios—, tiene que ser bastante molesto tener que disculparte con todos tus amantes, ¿no? —trató de darle una nota de burla a su voz, pero hasta Yui notó el tono amargo con lo que lo había dicho—, bueno, a menos que a ellos les gustase y... ¡Ey!

Yui dejó de hablar cuando Asaki se movió desde su posición estática que había adoptado en el sofá y se inclinó hacia él, apoyando una rodilla al lado de sus piernas. Yui echó la espalda hacia atrás inconscientemente, posiblemente en un intento por alejarse del repentino avance del modelo

—¿Sabes? —comenzó Asaki con su escalofriante voz aterciopelada, con los labios a escasa distancia de los de Yui—, puedo ser todo lo tierno que quieras.

Despacio, pero destruyendo el anhelante deseo de Yui por sentir sus labios entre los suyos, Asaki hundió la cabeza en su cuello, besando la piel, recorriéndola hasta su oreja y volviendo a deslizarla hasta su hombro.

El calor de los labios del modelo hacía que se estremeciera y Yui suspiró cuando éstos rozaron su barbilla, aferrándose débilmente al brazo que Asaki mantenía apoyado en el sofá cerca de su rostro y con el que se sostenía para no caer sobre él.

—Pero... —continuó Asaki, lamiendo al fin sus labios y mantuvo su boca rozando los labios de Yui mientras hablaba, mirándolo—, no me he disculpado porque me arrepienta de la manera que te he hecho el amor antes —presionó suavemente lso labios y los apartó, arrancando un quejido en Yui que comenzaba a impacientarse—, me disculpo porque... —los dedos de Asaki se enredaron cariñosamente en su cabello, empujándole la cabeza un momento para volver a besarlo en los labios, un instante otra vez, antes de volver a levantar la cabeza para poder mirarlo—, no me di cuenta hasta que tú lo dijiste.

—¿De...?

Yui volvió a ser interrumpido cuando la boca de Asaki atrapó sus labios, succionándolos antes de deslizar suavemente la lengua entre sus dientes. Con cuidado, Yui alzó la mano que sujetaba el brazo de Masato y acarició el cabello del modelo, cerca de la parte de atrás de su cuello.

—Haces que pierda completamente el control —Volvió a besarlo, empujando su cabeza hacía arriba—, quiero someterte, hacerte llorar, hacerte sentir tanto placer al punto de que te vuelvas loco —deslizó una mano por su vientre, recorriendo su piel, presionándola suavemente con la yema de los dedos mientras su boca acariciaba su mejilla y descendía hasta su barbilla y su cuello—, hacerte sentir lo que tú provocas en mí.

Un segundo. Yui trató de concentrarse en el significado de las palabras del modelo, cada vez más difícil, ya que toda su atención, todos sus sentidos parecían estar pendientes del roce de la piel de Asaki con la suya.

—Nunca he sentido algo así —continuó Masato en su oído, mordisqueándole el lóbulo. Yui se quejó, pero ladeó un poco la cabeza para facilitarle el acceso—, por lo que no sé controlarme. Si me lo pides, no es como si no supiera como complacerte siendo más dulce.

Los dedos de Asaki alcanzaron uno de sus pezones y lo pellizcó, haciendo que Yui se estremeciera de placer.

—Espera —jadeó, intentando incorporarse. En algún punto de su cabeza había algo que le recordaba que la única manera de pensar era apartando las manos de Asaki de él —y su maldita boca—, pero la mayor parte de su cerebro y todo su cuerpo se negaba a detenerlo—. Espera.

Pero había algo.... Yui abrió los ojos exageradamente y empujó a Asaki con las dos manos, apartándolo.

—¿Qué?

Aún era fastidiosa la manera en la que Asaki ladeaba la cabeza con esa maldita sonrisa arrogante.

—He dicho que esperes —gruñó Yui, dándose cuenta de pronto que tenía la camiseta levantada y se la bajó bruscamente.

—Estoy siendo dulce —protestó el modelo con un tono inocente que rallaba en la inocencia.

Yui lo miró fijamente, perdiéndose en la intensa mirada del modelo y apretó los dientes para calmar los latidos del corazón.

—¿Lo que has querido decir es que eres amable con todos... menos conmigo?

—Ah... sí.

Igual que con su maldita actitud; una la que mostraba a todos, con su actuación de príncipe y su sonrisa condescendiente y amable; otra la que le mostraba a él, cínico, cruel y un maldito arrogante promiscuo incapaz de vivir sin sexo. ¿También lo trataba de diferente manera en el sexo?

—Hijo de...

La sonrisa de Asaki se ensanchó, completamente diabólica y volvió a inclinarse hacia él, besándolo. Yui no lo apartó, pero tampoco dejó de mirarlo aún poniendo en orden sus pensamientos. Se sentía... ¿feliz? Y comenzaba a odiarse por ello. Siempre había querido ser diferente que los demás amantes del modelo y había temido las comparaciones, pero lo que ahora Asaki pretendía era...

—Vamos, no te enfades, he dicho que seré amable.

¿Tratarlo como a los demás?

Yui volvió a empujarlo, apartándolo de él y desvió la mirada azorado, negándose a mirarlo.

—No te atrevas a tratarme como a los demás —gruñó, aunque en voz baja.

—Pensé que te quejabas porque no era dulce contigo —le recordó Asaki en un tono divertido.

Yui giró el cuello furioso, pretendiendo fulminar a Masato con la mirada, pero Asaki lo estaba mirando, sonriendo y con una expresión de satisfacción que hizo que Yui deseara golpearlo.

—Vete a la mierda.

—¿Eso significa que podemos hacerlo como siempre? —Yui apretó los puños, negándose a responder; era lo mismo que decir que quería que lo humillara, que lo tomara bruscamente y lo torturara. Y jamás iba a reconocer en voz alta que le gustaban las pequeñas torturas de Asaki—, ¿no necesito contenerme?

Yui respiró ruidosamente, aún sin mirarlo.

—Ya te lo dije en una ocasión. Haz lo que te de la gana.

—Luego no te arrepientas.

La voz de Asaki sonó demasiado baja, subyugante cuando levantó la mano para acariciar su mejilla, algo que hizo que Yui saltara de la impresión y dejó escapar un suspiro de alivio cuando su teléfono comenzó a sonar. Se apartó del modelo y fue a recogerlo de la mochila, sorprendiéndose al comprobar que se trataba de Shina.



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Pensé que me daría tiempo de poner las "dos partes" en este capitulo, pero bueno, al final lo dejo ahí y ya desarrollo la otra parte en el próximo capitulo... van a pasar algunas cosas.... ^^ en fin a ver si me doy más prisa en ir actualizando que tengo muchas historias por subir :)

Muchas gracias por leer, votos y comentarios. No olvidéis que los dibujos ahora solo los subo por facebook porque tengo un poco olvidado el blog (a ver si me pongo con él) Y garcias a los autores de tan maravillosos dibujos ^^

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