Capitulo 34

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            Yui miró a Asaki sorprendido y no fue capaz de reaccionar cuando el modelo agarró su brazo y tiró de él, empujándolo sobre la cama y se puso a horcajadas sobre sus piernas. Yui no se movió, ni siquiera trató de apartarlo y Masato enarcó una ceja, ladeando la cabeza sin dejar de mirarlo.

            —¿No vas a protestar o quejarte? —se interesó, deslizando una mano dentro de su camiseta.

            Yui apretó los dientes con fuerza. Pese a que quería mostrarse enfadado, puede que lo que realmente quisiera era hacer alarde de un autocontrol que no sentía cuando Asaki lo tocaba. ¡Bastante difícil era mantener la calma simplemente cuando le miraba!, su cuerpo reaccionaba vergonzosamente. Giró la cabeza y apoyó la mejilla en el colchón, evitando encontrarse con la mirada del modelo.

            —Siempre haces lo que te da la gana —murmuró sin energías.

            La mano de Asaki se detuvo.

            —No es que no me guste cuando eres dócil y abres las piernas para mí —Yui giró el cuello bruscamente y le lanzó una mirada que esperaba que pareciera querer asesinarle, algo que posiblemente no tuvo todo el impacto que quería ya que sintió como sus mejillas subían de temperatura. Furioso, apartó el brazo de Asaki de su cuerpo de un manotazo y trató de levantarse, pero Masato mantuvo su peso sobre él y aunque le costó un poco, inmovilizó sus manos, apretando sus muñecas y las aplastó sobre la cama, encima de su cabeza—, pero me gusta más cuando te resistes —Asaki lamió su cuello, subiendo por su mejilla y le dio un beso en los labios, apartándose para lanzarle una divertida mirada justo en el momento que introducía una rodilla entre las piernas de Yui, separándoselas suavemente—, y soy yo quien tiene que abrirlas así..

            —¡Eres un enfermo! ¡Por mí puedes irte a la...! ¡Eh...!

            Yui se calló con un jadeo en el momento que la rodilla de Masato golpeó su sexo con más fuerza de la que él hubiera pensado y le lanzó otra mirada furiosa.

            —Sí —continuó Asaki—, justo como ahora.

            —¡Vete...!

            La rodilla del modelo se frotó con fuerza entre sus piernas y Yui cerró con fuerza la boca, conteniendo una exclamación.

            —¿A dónde quieres que me vaya? —lo provocó Asaki, besándolo.

            —¡Por mí como si te vas al...! ¡Mierda, Asaki! ¿Qué estás haciendo?

            Yui trató de incorporarse, pero Asaki se lo impidió, inclinando la espalda hacia él, manteniendo con firmeza la rodilla fuertemente apretada entre sus piernas y hundió la cabeza en su cuello.

            —Cálmate, Yui, no te voy a hacer daño.

            Yui notó como el rubor se intensificaba. La mano que lo sujetaba por las muñecas parecía estar hecha de fuego, como si el contacto del modelo abrasara y se revolvió incómodo. Podía notar el cosquilleo en su ingle peligrosamente y se puso completamente rígido. ¡Era lo que más fastidiaba! ¿Por qué tenía que reaccionar de esa manera tan vergonzosa ante las pequeñas torturas humillantes a las que Asaki le sometía? Era como si le gustasen... Yui contuvo el aliento cuando sintió como la mano libre del modelo acariciaba su vientre y comenzaba a moverse hacia abajo, dentro del pantalón. No, no es como si le gustasen. Su cuerpo era mucho más honesto; reaccionaba porque le gustaba. ¿Eso le convertía en un depravado masoquista como Aki?

            Yui sintió una sacudida e intentó incorporarse de nuevo.

            —Esp... ¡Espera, Asaki!

Eternidad (chico x chico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora