No había dormido en toda la noche.
Cuando llegó la mañana y la voz lastimera de Isahi se escuchó desde el otro lado del sofá, Yui seguía sentado en el suelo con unos guantes de goma rosa y el estropajo en la mano.
Después de que Asaki había salido, cerrando la puerta con un portazo, Yui había lidiado con el melodrama repentino de su amigo, que había comenzado a llorar después de vomitar sobre el suelo. Lo había lavado, cambiado de ropa y tirado en el sofá. Después se había arrodillado con unos guantes y un estropajo y había limpiado el estropicio de Isahi.
Había necesitado distraerse con algo para no dejarse llevar por los pensamientos, pero cuando Yui pasó varias veces más de lo necesario el estropajo por un suelo extremadamente limpio, se levantó y miró a su alrededor, sin poder evitar que todo lo acumulado fluyera por su cabeza como una película mal grabada. Apretó con fuerza el estropajo en la mano y se tambaleó, apoyándose en la pared para no perder el equilibrio.
¡Mierda!
Sabía; sabía perfectamente lo que había sucedido después de que el modelo saliera por aquella puerta. Casi podía imaginárselo abrazando a alguien más, pasando la noche con otra persona.
—Joder —musitó amargamente, deslizando la espalda por la pared.
En el suelo, Yui, encogió las rodillas y las rodeó con un brazo, acomodando la cabeza entre ellas.
¿Así terminaba todo? Por un momento tuvo ganas de echarse a reír. No es que terminara, en realidad, Yui no estaba seguro de que hubiera empezado algo realmente. Ni siquiera estaba seguro de lo que quería hacer cuando estaba con el modelo y mucho menos creía que Asaki sintiera nada por él, pero de lo que sí estaba completamente seguro era de que todo aquello dolía mucho más de lo que jamás hubiera podido creer que doliese.
—¿Yui? —la voz de Isahi se escuchaba hueca, como lejana—. Tío, me están aplastando la cabeza. Creo que ayer bebí demasiado.
Por más vueltas que le daba, Yui no entendía porqué había terminado todo de la manera que lo había hecho. Sí, sabía que quizás debió haberse mordido la lengua en más de una ocasión.
—Tío... me duele un montón... Creo que me voy a morir.
Sí, sí, ¡Mierda! ¡Joder! Lo admitía todo. Se había comportado como un imbécil, ¿pero era únicamente su culpa?
—Yui... ayuda... necesito una aspirina...
Yui se llevó las dos manos a la cabeza y se la froto frustrado y desesperado, reprimiendo un grito de rabia. ¿Con quién demonios había pasado la maldita noche? ¿Con Aki? Ya podía imaginárselo corriendo a la casa de su amante y... Detuvo las manos y se apretó el pelo con fuerza. ¡Mierda! Sólo de imaginarlo se le revolvía el estomago. ¿O había sido Izumi? Ahí no necesitaba ni imaginárselo. A cada momento, Yui notaba como la rabia le invadía, fulminante, de la misma manera que el dolor se intensificaba. ¡Y no se olvidara de Suzuki! ¡Qué no haría esa arpía por su amadísimo Masato-sama!
—¿Yui?
—Ni siquiera necesita a esos tres para conseguir montárselo con alguien—masculló con los dientes tan apretados que comenzaba a dolerle la mandíbula.
¡Maldito degenerado de mierda!
—Oye, Yui, ¿estás vivo?
¡Bien! ¡Pues a la mierda con todo! No es como si necesitara salir con alguien tan rastrero como Asaki. Podía salir con cualquier tía que quisiera si se lo proponía. ¡Incluso si se esmeraba un poco podría conseguir a la espeluznante de Ichiko...!
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Eternidad (chico x chico)
Novela JuvenilMasato Asaki es un famoso modelo internacional que acaba de trasladarse al instituto de Yui. Al principio el modelo muestra una imagen y una forma de ser perfecta y encantadora, haciendo que Yui, al igual que todas sus fans tengas una idea muy equiv...