Eternidad (chico x chico)

Capitulo 16

            Yui caminó detrás de los dos modelos manteniendo una cortante distancia en la que, a medida que daba un paso mas, le daban más ganas de asesinar a alguien. Por mucho que intentaba subir la cabeza y fijar en otro lado la mirada, sus ojos no parecían querer apartarse de los brazos de los dos chicos, extremadamente cerca el uno del otro, con la desagradable impresión de ir a rozarse los dedos en cualquier momento.

            Desde el principio, Aki había dirigido la conversación hacia temas a los que Yui veía imposible integrarse, ignorándolo completamente y había terminado por rezagarse, demasiado irritado para permanecer junto a ellos.

            Mientras los seguía y los observaba, Yui pasaba de la rabia a la indignación y de la envidia de vuelta a la rabia; un circulo vicioso sin fin en el que solo él parecía estar recorriendo. Apretó los puños y levantó con fuerza la mirada, clavándola en la nuca de Asaki que con la cabeza ladeada, mirando a Aki asentía y hablaba relajado.

            —Mierda...

            ¡Como fastidiaba verlo tan contento y feliz junto a otro tío...! ¡Joder! No era otro tío; ese era el problema, era Aki, su maldito amante o amigo con derecho a roce, su amigo sexual o como el depravado de Masato lo hubiera definido o lo considerase. ¿Cuántas veces lo habrían hecho? Yui los miró detenidamente, comenzando a imaginar cómo seria el sexo entre esos dos. ¿Habría sido Asaki tierno? ¿Quién habría estado abajo? ¿Aki? ¿Asaki? De alguna manera, sus pensamientos comenzaron a ir adquiriendo un contenido mucho más subido de tono, sólo que en su cabeza había borrado completamente a Aki. Se detuvo de golpe y sacudió la cabeza con fuerza.

            —¿Yui?

            Yui visualizó a los dos modelos y tras lanzarle una mirada agresiva a Aki, se detuvo en el perfecto rostro de Asaki, fulminándole con la mirada. ¡Todo era culpa de ese enfermo! ¿Ahora pretendía pasearse de la mano con su amiguito sexual mientras él veía como se lo iban montando por las esquinas?

            Asaki frunció el ceño.

            —¿Te importaría adelantarte, Aki?

            Yui se irguió, a la defensiva.

            —¿Qué?

            Aki pareció molesto.

            —Tengo que hablar con Yui. Dile a Watanaki que iré en un momento.

            Aki apretó con fuerza los labios y antes de alejarse, le lanzó una mirada cargada de odio a Yui, quien no la desvió, seguro de que la suya no emanaba cariño precisamente.

            —¿Qué pasa ahora?

            Asaki cruzó los brazos y se puso frente a él.

            —¿Para qué querías exactamente que viniese con vosotros?  —gruñó Yui, sin disimular su mal humor.

            Asaki lo miró detenidamente y después suspiró cansado.

            —¿No tienes ni idea del por qué?

            —Ni idea.

            —¿En serio?

            —¡Si he dicho que no es que no! —gritó Yui, haciendo que varias miradas se volvieran hacia ellos antes de aligerar el paso. A Asaki no pareció importarle ser el centro de atención—. ¡A menos, claro, que pretendieras exhibir a tu guapo novio delante de las narices de los demás!