Capitulo 19

23.1K 928 180
                                    

            Yui abrió los ojos con esfuerzo. La habitación seguía a oscuras y un terrible dolor de cabeza le había dado los buenos días de una manera irritante. Yui tardó unos segundos en adaptarse a la poca claridad del cuarto y cuando su mirada recorrió la estancia recordó dónde se encontraba y lo ocurrido la noche anterior vino a su mente de golpe, impasible. Apretó los dientes y trató de encogerse en la cama, emitiendo un sonidito ahogado sin despegar los labios. ¡Joder! No sólo le dolía la cabeza; le dolía todo el cuerpo.

            Con temor, rodó un poco el cuerpo, comprobando con amargura que Asaki ya se había levantado. ¿Qué hora era? Había dejado todas sus cosas en el cuarto de baño cuando se había duchado a la noche y ni siquiera tenía forma de saber en ese momento la hora.

            Con pereza y sin una pizca de entusiasmo, Yui apartó la manta y las sabanas y se enderezó con esfuerzo, tratando de borrar desesperadamente las bochornosas imágenes que no dejaban de aparecer una y otra vez en su cabeza. ¿Qué cara iba a ponerle ahora a Asaki cuando lo viera? Se sentó con cuidado en la cama e hizo una mueca de dolor. No, no era capaz de hacerlo. Se había pasado todo el tiempo recordándole que era un depravado enfermizo y ahora él... ¡Oh, mierda!

            Se deslizó hasta la puerta, arrastrando la sabana enrollada por el cuerpo, ya que el modelo se había encargado de largarse y limpiar todo lo que había podido sin despertarlo, algo que le hacía sentir un pequeño gusanillo en el estomago, y la abrió con cuidado, revisando que no hubiera nadie alrededor y se encaminó de puntillas hasta el cuarto de baño.

            Sabía que no podía evitar el encuentro eternamente, pero si que pensaba aplazarlo todo lo posible. Yui se detuvo frente al espejo y contempló la imagen que se reflejaba en él. Tenía un aspecto lamentable, con el pelo alborotado, unas pequeñas ojeras bajo unos ojos enrojecidos y una piel con un aspecto enfermizo. Se llevó una mano al ojo derecho y suspiró, dándole la espalda al espejo.

            Tampoco era el momento de deprimirse.

            Yui abrió el grifo de la ducha y dejó caer la sabana al suelo, mirando de refilón la ropa limpia que Asaki había dejado en el lugar donde la noche anterior había dejado mal ordenada la ropa que se había quitado. ¿Merecía la pena molestarse en preguntar por su ropa? Dejó que el agua calida cayera por su cabeza, y recorriera todo su cuerpo, frotándose distraídamente el estomago y el vientre donde aún quedaban los restos resecos de lo que Yui trataba de no pensar. Cada vez que lo hacía comenzaba a sufrir algún tipo de recalentamiento cerebral y el valor de enfrentar a Asaki cada vez iba reduciéndose más.

            Y por supuesto, estaba ese desagradable dolor, bastante molesto en la parte interna del culo, pero pensar demasiado en ello le arrastraba inevitablemente al punto principal de lo que no quería pensar...  Avergonzado, se llevó una mano atrás, rozando delicadamente la parte dolorida, recordando vividamente el momento en el que Asaki lo había penetrado. Cerró los ojos y permitió que las imágenes sobrevolaran su mente libremente, deslizando la mano libre a su entrepierna. Sintió un estremecimiento y abrió los ojos de golpe, sintiendo pánico de pronto.

            Horrorizado, lo primero que hizo fue averiguar que la puerta del baño seguía igual de cerrada que antes, tal y como lo había dejado antes de entrar y después cerró el agua caliente, dejando por unos minutos, los pocos que consiguió aguantar bajo el agua helada, que la ducha le aclarara un poco las ideas y salió, secándose meticulosamente con la toalla limpia que Masato le había dejado diligentemente preparada. En ese momento, Yui agradecía especialmente ese momento de privacidad que le estaba dando, ya no tanto por la necesidad de prepararse antes de volver a enfrentarse a él y pensar la cara que debía poner, sino porque no hubiera sido capaz de soportar que lo hubiera descubierto hacía un momento, tocándose sólo al recordar lo de anoche...

Eternidad (chico x chico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora