Capitulo 26

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            Yui volvió a lanzar una nueva mirada de refilón  a la zona donde se encontraba el decorado de flores y charcos de agua oscura entre coches de época bastante descoloridos y tragó con esfuerzo.

            Asaki se encontraba entre dos de los coches, recostado sobre la carrocería de uno de ellos con el torso desnudo y mojado y unos pantalones grises con la cinturilla algo bajada, pasando peligrosamente del vientre.

            Yui desvió la cabeza, clavando los ojos en el suelo, en la fila de perchas en las que se iban colocando las prendas de la colección —fuera cual fuera, porque Yui no conocía a ninguno de los diseñadores con los que Asaki trabajaba—, en la pared de enfrente, en la de al lado, en la nuca del maquillador, en los fotógrafos... en cualquier lado que ayudara a mitigar la turbación que le producía aquella situación.

            Desde que Asaki lo había arrastrado hasta el hotel donde tenía lugar la sesión fotográfica en donde Asaki era el modelo masculino principal —la cara de la marca—, y habían comenzado a quitarle la ropa —con las indicaciones pertinentes y varios sobeteos que Yui no había pasado por alto—, no había conseguido estar mucho tiempo sin girar la cabeza —y la atención—, hacia el modelo y tampoco deshacerse de ese molesto calor que se había implantado en su cara y cuerpo desde el primer momento que había visto impactado como Asaki se desnudaba., posiblemente gracias también a las palabras que le había dicho al entrar al hotel y conducirle al patio de atrás donde tenían montado el escenario para la sesión fotográfica.

            —Piensa en otra cosa, piensa en otra cosa —musitó, sacudiendo desesperado la cabeza, tratando de ignorar el hecho de que el modelo estuviera medio desnudo a pocos metros de distancia.

            —Tú otra vez.

            Yui levantó la cabeza y fulminó con la mirada a Aki que acababa de entrar y se movía hacia él, evitando los percheros y los cables que había esparcidos por el suelo.

            —¿Qué quieres ahora? —gruñó Yui, cruzándose de brazos.

            —Lo mismo que tú, supongo —dijo el chico con voz melosa, desviando la cabeza hacia donde posaba Asaki. Los dientes de Yui rechinaron pero no dijo nada—. ¿No te gustaría estar acariciándolo ahora? Sentir su piel bajo tu cuerpo... hmm..

            Yui apretó los labios y se obligó a no mirar al modelo.

            —No todo el mundo está tan enfermo como tú.

            Aki se puso a reír.

            —Entonces hay muchos enfermos como yo, porque quien prueba la ternura de los brazos de Masato-san en alguna ocasión, no puede evitar querer más.

            Yui volvió a fulminarlo con la mirada.

            —¿La ternura? —murmuró, arrastrando las palabras con una sonrisa sardónica—. ¡No me vengas con bromas!

            ¡Pero qué mierda! Asaki era un madito depravado salvaje y bastante sádico, por cierto, ¿Dónde dejaba la ternura? Yui miró de arriba abajo al chico y arrugó la nariz. ¿Seria masoquista? Eso sí lo podía explicar... Yui abrió la boca para saltar algún comentario burlón sobre el tema, pero enmudeció al ver la sorpresa reflejada en la mirada de Aki, un momento antes de sonreír y mirarlo con desprecio.

            —¿No lo habéis hecho aún? ¡Qué patético eres!

            Y se echó a reír.

Eternidad (chico x chico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora