Capitulo 11

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            El festival de ese año, pese a no haber asistido a los anteriores, era el peor de todos. Tal vez se debía al hecho de haber ido e, incluso, haber participado en él, pero por mucho que Isahi y Tamaka, con quienes se había encontrado cuando fue capaz de ir tras Asaki para aclarar las cosas, intentaran que disfrutara de los eventos organizados, no lo consiguió.

            Isahi no dejaba de hablar de cualquier chica que se encontraban y que por lo general los ignoraban y se iban corriendo en cuanto Isahi trataba de hablar con ellas o las perseguía. Tamaka asentía a todo lo que decía y Yui lo ignoraba.

            —¿Por qué tenemos que ir ahora a probar los aperitivos de la clase de al lado?

            —Hablan muy bien de la comida organizada por esa clase. Deberíamos ir a probarla.

            Tamaka lo miró de reojo y Yui se cruzó de brazos.

            —No tengo hambre.

            —¿Estas bien? La obra...

            —¡He dicho que no quiero volver a oír hablar de esa maldita obra!

            —¿De qué estáis hablando?

            Yui y Tamaka giraron la cabeza para mirar a Isahi que acababa de volver de perseguir a dos chicas de otro instituto.

            —Hablamos de comida.

            —¿De comida? Aparte de chicas es otro tema del que estoy muy interesado.

            —Pensaba que últimamente chicas y sexo era lo único que rondaba por tu cabeza —lo vaciló Tamaka.

            ¿Sexo? ¿Por qué tenían que hablar ahora de eso? Yui se detuvo y apoyó una mano en la pared.

            —¿Qué haces?

            —¿Seguro que estas bien, Yui?

            —Dadme un segundo.

            —¡Tío! ¡Estas verde! ¿Has comido algo en mal estado?

            Yui levantó la cabeza y lanzó una furibunda mirada a su amigo.

            —Déjalo tranquilo, Isahi. ¿Quieres que nos vayamos?

            —¿Ahora? ¿Por qué? ¿No habéis visto las chicas que están reclamando nuestra atención? ¡No podemos irnos y deshacer sus ilusiones!

            Ninguno de los dos se molestó en explicarle, una vez más, que ninguna de esas chicas estaba interesada en ellos y no parecían sentirse muy cómodas con las atenciones de Isahi.

            —Quédate si quieres —le animó Tamaka—. Vamos, te acompaño a casa, Yui.

            Yui sacudió la cabeza efusivamente y se enderezó.

            —No, estoy bien. Un poco cansado. No he dormido mucho y...

            Y no quería marcharse sin haber vuelto a ver a Asaki. ¡Era deprimente el motivo por el que se quedaba! A veces parecía peor que la obsesión ciega y ridícula de Isahi.

            —¡Decidido entonces! ¡Vayamos a comer las delicias preparadas por las hermosuras de la clase D!

            —También hay chicos —le recordó malintencionadamente Tamaka.

Eternidad (chico x chico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora