Yui caminó despacio por el largo hall de la planta. En algún momento, mientras caminaba muy cerca de la pared, se dio cuenta de que aún tenía los puños fuertemente apretados y aflojó la presión.
Las palabras de Asaki aún flotaban en su cabeza, se repetían una y otra vez y cada vez que resonaban en su interior, parecía que se le hacía más y más pesado respirar.
—No es verdad —musitó, dejándose caer en mitad de las escaleras, sin quitar la mano de la barandilla de madera. Podía notar una pequeña astilla que sobresalía pero no apartó la mano—. No es verdad.
¿Así que Asaki se había ido con otro? Durante unos interminables segundos dejó que la mente divagara en blanco, después apretó con más fuerza la mano en la madera que sobresalía y finalmente soltó la barandilla, dejándola caer inerte sobre sus piernas, junto a la otra.
Daba igual... ¿En qué momento le daba igual? ¿Qué de toda esa mierda le daba igual? Apretó los dientes y dio un puñetazo al azulejo, furioso.
—Maldito seas, Asaki...
Mierda... mierda... mierda... ¡Todo aquello apestaba!
Hundió la cabeza entre las piernas y no se movió durante lo que le parecieron horas; después se incorporó pesadamente y volvió a subir las pocas escaleras que había bajado hasta llegar al inicio del hall. Desde allí, la puerta de la habitación parecía increíblemente lejana, prácticamente inalcanzable y con cada paso que daba parecía que se ahogaba un poco más.
Ni siquiera se dio cuenta cuando abrió la puerta y dio unos pasos al interior.
Asaki se había sentado sobre la cama y tenía la espalda apoyada en la pared. Cuando lo escuchó abrir la puerta miró en su dirección y por un momento los dos se miraron en silencio.
Daba igual...
Yui trató de sonreír. Sí, debía fingir que le daba igual... No sentía celos... no...
—¿No habías bajado a por algo para beber?
Asaki enarcó una ceja y Yui dio un respingo, acordándose de pronto de las bebidas que había dicho que iba a buscar.
—Ah, sí... ahora vuelvo.
—¿Yui?
Yui se giró corriendo y prácticamente dejó la habitación como si tuviera la necesidad de hacerlo.
Durante toda la noche estuvo entrando y saliendo de la habitación cuando se daba cuenta que estar en el mismo espacio cerrado que el modelo hacía que le faltara el aire y comenzaba a asfixiarle con un fuerte dolor en el pecho. En algún momento había dejado de sonreír, tal vez cuando se dio cuenta que si pretendía fingir algo era mejor que no sonriera de la manera espantosa que tendría que estar poniendo cada vez que lo intentaba.
Los periodistas no se movieron en toda la noche, aunque sí disminuyó el número que hizo guardia delante de todas las salidas posibles. Aunque todo había según el plan de Shina, Yui no se sentía como si las cosas se hubieran solucionado realmente entre él y el modelo. Sí, habían hablado, parecían que lo habían solucionado... pero, ¿por qué en vez de sentirse feliz se sentía tan deprimido?
Deprimido y furioso.
Estaba dolido.
Yui apretó los puños con fuerza sin separarlos de las piernas durante el tiempo que tardaba en coger aire tres veces frente a la puerta de la habitación, y abrió la puerta, evitando encontrarse con la mirada de Asaki.
—Aún siguen ahí...¿es que no tienen ningún otro sitio al que ir?
En una de esas ocasiones que había salido de la habitación —una de tantas—, Yui se había dado cuenta de que si seguía con esa actitud, sin ser capaz de hablar con Asaki normalmente, en realidad no podrían seguir adelante con aquello. Estaba claro que él se estaba comportando de una manera rara.
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Eternidad (chico x chico)
Roman pour AdolescentsMasato Asaki es un famoso modelo internacional que acaba de trasladarse al instituto de Yui. Al principio el modelo muestra una imagen y una forma de ser perfecta y encantadora, haciendo que Yui, al igual que todas sus fans tengas una idea muy equiv...