Capitulo 33

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—¿Quién es?

Yui cruzó los brazos sobre el pecho.        

Desde que Iyori se había marchado, poco después de que ella y Asaki se hubieran enfrascado en una discusión alarmante en la que ninguno de los dos cedía sobre hacerse cargo del tal Shina esa semana, Asaki no había abierto la boca.

—Bien, de acuerdo —había terminado explotando Iyori, levantándose y caminando hasta la puerta. Yui, que se había mantenido al margen, cerca de la puerta, se hizo a un lado rápidamente, permitiéndole el paso—. Entonces lo traeré aquí.

—¿Aquí? ¿Estás loca?

Asaki fue tras ella, también acercándose a donde él estaba. Era frustrante, pero ninguno le prestaba atención, algo que no sabía si molestarle o dejarlo correr.

—Vivo aquí, Asaki. ¿Por qué crees que está en un internado y las vacaciones me voy con él al extranjero?

Asaki puso mala cara, se metió las manos en los bolsillos del pantalón y Yui percibió que murmuraba algo en voz muy baja, posiblemente para sí mismo.

—¿Y qué es lo que pasa? ¿Por qué tiene que salir esta semana?

—Quiere presentarse a un casting.

—¿Un casting? —Asaki resopló—. ¿Le has dejado que se salte las clases para ir a un casting?

Asaki casi chillaba e Iyori cruzó los brazos, molesta.

—No puedo negarle nada.

Asaki volvió a resoplar.

—No es verdad.

—Sí, me pregunta de quien se está dejando influenciar para querer meterse en la industria del entretenimiento.

En ese momento, Yui comenzó a ver el aire venenoso que comenzaron a soltar los dos hermanos y se alejó prudentemente hacia un lado de la cama.

—¿Mi culpa?

—Mía no lo es.

—Por supuesto que no —aceptó Asaki, mostrando una esplendida sonrisa de portada pero que Yui agradeció que no estuviera dirigida a él—. Hubiera sido peor si en vez de eso hubiera optado por prostituirse.

            Iyori, pese a lo que Yui pensó que pasaría en ese momento, también sonrió, imitando la esplendida sonrisa del modelo perfectamente

            —Al menos yo cobro por mis servicios, querido.

            —Pero eso no me convierte en una puta.

            Yui entrecerró los ojos, molesto, pero ninguno de los dos le estaba prestando atención.

            —Eres igual que yo, Asaki.

            —Lo sé.

            Iyori dejó caer pesadamente los brazos y agarró a Asaki por los hombros.

            —Sabes que no te lo pediría si no fuera importante.

            Asaki bufó, pero no dijo nada.

            —Sólo será una semana —insistió ella—.Además, tú ya tienes novio, ¿qué más te da?

            Asaki la fulminó con la mirada.

            —¿Te has olvidado que mi novio es un chico?

            Ahí Yui se irguió, completamente a la defensiva, pero se mantuvo prudentemente en silencio, sin ganas de intervenir.

Eternidad (chico x chico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora