Volver a amar "Segundas Oportunidades 1"

Capitulo 19...

Narra Tereza...

He decidido pasarme todo el sábado en la piscina, necesito despejar mi mente, alejar de ella aquellos ojos grises que me atormentan en sueños.

Después de mi encuentro con Edward en la habitación, mi furia es palpable, de tal forma que hasta la propia Bertha lo ha notado,  ha estado preguntándome que ocurre conmigo, estoy segura que no me creyó cuando le dije que todo marcha bien, aún así no siguió insistiendo por lo que le agradecí con toda el alma.

Hoy ha decidido tomarse el día libre, quería visitar a una amiga, no podía negarme, Bertha es la madre que nunca tuve, siempre está pendiente de mi, si enfermo, si me alimento bien, si estoy triste o alegre, en fin, siempre me cuida por lo que sería egoísta de mi parte impedirle que salga a relajarse de vez en cuando con sus amigas.

Extiendo los brazos y los agito hacia delante apartando el agua de mi camino, hace medía hora  llevo dando vuelta por toda la piscina sin lograr relajarme. Mis brazos comienzan a protestar por lo que me obligo a darle un descanso y salir. Extiendo una toalla en la tumbona, y me acuesto en ella no sin antes colocarme unos lentes para proteger mis ojos del sol.

Estoy a punto de quedarme dormida cuando un ruido a mi lado me hace abrir los ojos y sentarme de manera apresurada en la tumbona. Busco el lugar de donde proviene, y mi boca no hace más que abrirse al encontrarme con Edward observándome con una sonrisa acostado en la tumbona de al lado.

—¿Qué haces aquí?—-Pregunto a la defensiva.

-—No sabía que no era bienvenido-—Responde de manera despreocupada.

—Sabes a que me refiero, se supone hoy es tu día libre como cada fin de semana—  Este fin de semana iba a servirme para alejarme un poco de él y aclarar mis ideas. Estoy por creer que el Karma existe, que hice algo muy malo en esta vida para que me atormente de esta manera.

—Resulta que han invadido el apartamento, y no tenía ningún lugar a donde ir, así que pensé, que como tú y yo tenemos asunto pendiente, podríamos aprovechar y resolverlo—-Sube y baja su ceja derecha en una clara insinuación no muy decente que digamos. ¿Pero qué pasa con este chico? ¿Habrá perdido la vergüenza?

—-Primero, yo no tengo nada que ver con que hayan invadido tu apartamento. Segundo...-—Sigo enumerando.

—En eso te equivocas—- interrumpe mi argumento —Si tienes que ver, porque quien ha invadido mi apartamento es Bertha—-Mi boca se abre por la sorpresa, sin embargo, ahora que Edward lo menciona en algún momento Bertha me hablo de la estrecha amistad que tiene con su Abuela.

—Sigue sin ser mi problema —-Digo levantándome de la tumbona para entrar en la casa, esta conversación ya me está aburriendo.

—-¡Hey! ¿Dónde crees que vas?—Lo ignoró y sigo mi camino.

Llegó a la cocina tomo un vaso sirviéndome un poco de jugó del refrigerador.

—¿Seguirás ignorándome?—-Pregunta —Si es por lo de anoche, yo no tuve la culpa. —-En eso tiene razón, pero ¿y qué?—-No sé, pero cada vez que me encuentro contigo a solas te encuentro medio desnuda ¿No crees que es una señal?—-Comenta mientras se acerca a mí.

Pensándolo de esa manera podría tener razón, es mucha casualidad, y mucha tentación.

—Sabes, creo que nuestros cuerpos se desean tanto que se buscan por si solos, es como si supieran cual es el momento indicado para que aparezca y te encuentre en situaciones como esas, con poco ropa—Su mirada recorre mi cuerpo, me obligo a tragar saliva nerviosa—Por cierto me encanta ese Bikini—Está muy cerca, puedo sentir como su aliento se mezclan con el mío, sus ojos están clavados en mis labios, me tiene completamente hipnotizada.

No puedo moverme, no quiero moverme, quiero ser besada y que haga que este a ardor que siento en mi cuerpo se calme. Toma el vaso que se encuentra en mis manos depositándolo en la encimera, sus manos envuelven mi cintura acercándome un poco más hacia él.

—Voy a besarte, y posiblemente no sea lo único que haga.