Capítulo 50...

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Narra Edward...

El corazón me late a toda prisa, siento que bombea mi sangre de una forma irregular.

Solo de pensar que ese bastardo le hizo daño, que la tocó, me dan ganas de salir corriendo y buscarlo hasta debajo de la tierra de ser necesario, hacerlo pagar por el daño que le causó.

Me niego a creer que ese hombre haya abusado sexualmente de ella, tengo miedo de preguntarle, me da pavor enterarme de la verdad. Al final decido salir de las dudas, y preguntar.

—¿Abuso de ti?—mi voz suena como un pequeño susurro.

Le veo inspirar profundo, para luego responderme.

—No—Dice. En ese instante siento mi alma regresar al cuerpo—No lo hizo, por suerte en esos momentos Clara llegó a la casa con el grupo de amigos que quedó de presentarme aquella noche, no sé como hicieron para entrar, lo único de lo que me percaté fue de los brazos de Clara rodearme mientras yo sollozaba.

>>>Cuando al fin logré calmarme visualice a mi padrastro en el suelo con la cara hinchada cubierto de sangre, y a tres jóvenes que me miraban atentamente preocupado, pero uno de ellos en especial, que traía su camisa cubierta de sangre mientras los otros dos jóvenes le sujetaban, miré sus manos, y estás se encontraban rasguñadas, ahí fue cuando uní los cabos.

>>>Descubrí que fue él quién alejó a mi padrastro de mi.

—En estos momentos no sabes cómo me gustaría tener ese joven frente a mí para agradecerle lo que hizo—Digo besando su cabeza.

—Eso no será posible.

—¿Por qué no?—Pregunto un tanto curioso.

—Porque está muerto...ese...ese joven era Marcos.

—¡Oh!—Es lo único que sale de mi boca.

—Si ellos no hubieran llegado en esos momentos, no sé qué sería de mi.

—¿Qué pasó después?—Indago.

—Clara me llevó a su casa, ella ni Marcos se separaron de mi en ningún momento, los padres de Clara estaban aterrados cuando mi amiga le contó lo que había pasado, así que a la mañana siguiente me llevaron a la comisaria a poner la denuncia, al principio me negué, pero al final ellos lograron convencerme, en realidad fue Marcos quién logró hacerlo. Tuve que ir con la policía hasta mi casa, detuvieron a mi padrastro y se lo llevaron a la cárcel.

>>>Luisa estaba presente cuando sé lo llevaron, se volvió loca, comenzó a insultarme e incluso intento pegarme, pero por suerte el señor Harry, el papá de Clara logró detenerla, yo aún me encontraba un poco afectada por lo ocurrido en la noche, y tener que ver a la mujer que me dió a luz agredirme de esa forma no ayudó en nada, lo último que hizo fue correrme de la casa.

—¿Pero qué le pasaba a esa mujer? ¿Cómo puede una madre tratar a un hijo de esa manera?—Exclamo

—Yo también me he preguntado lo mismo desde hace quince años.

—¿Cómo lograste resolver todo eso?—Estoy haciendo muchas preguntas, lo sé, pero necesito comprender todo lo ocurrido.

—Los papás de Clara me recibieron en su casa, y me tomaron como a una hija más, seguí trabajando en el restaurante, y aunque ellos estaban encantados y me compraban todo cuánto necesitaba me sentía en deudas, y necesitaba sentirme útil.

>>>Cuando terminé el colegio tenía diecisiete años, empecé la universidad con Clara. Yo estudié administración de empresas y ella abogacía, sus padres intentaron pagarme la carrera, pero no lo permití, solicité una beca, y me fue concedida.

—¿Supiste algo de tu madre después?

—No, no sabía nada hasta hace unas semanas como tu pudiste darte cuenta. Antes de terminar la universidad Marcos me pidió matrimonio, y al acabarla nos casamos, luego llegamos a vivir aquí dónde empezamos nuestro propio negocio.

—¿Así que tu relación con marcos empezó en la universidad?

—Sí. En esa época fui muy feliz, él fue un gran hombre.

—Lo imagino—Digo y beso su frente.

Unos minutos después de estar en silencio, de meditar en las cosas que Tereza me ha contado, pregunto.

—¿No te gustaría saber si esa joven en realidad es tu hermana? Digo, si lo es ¿No te da curiosidad el hecho de que venga a buscarte? Ha de tener algo importante que decirte, eso fue lo que dijo, además, le urgía comunicarse contigo.

—¿Tú crees?

—Sí. En todo caso, si es tu hermana, ella no tiene la culpa de los errores de su madre, ni siquiera hubiera nacido cuando todo ocurrió.

—Sí. Tienes razón, hablaré con ella ¿La puedes llamar?

—Por supuesto.

—Pero quiero que estés conmigo cuando lo haga.

—Así será—Digo besando sus labios.

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