Capitulo 39...

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Narra Edward...

Después de abandonar la fiesta, y dejar a las chicas en el departamento fui a casa de Tereza, Mañana empiezo a trabajar otra vez y debo estar temprano.—Mentiroso—Me grita mi subconsciente.

Es cierto que tengo que trabajar mañana, no obstante, lo que más deseo es ver a Tereza, a lo mejor está durmiendo, pero no importa, lo único que quiero es poder verla y saber que ella está bien, es la única forma de estar tranquilo, la noche no terminó muy bien que digamos y eso me mantiene inquieto.

Al llegar saludo a Tom, el jefe de seguridad de la casa quien me hace pasar sin ningún inconveniente.

Cuando estoy en la sala me dispongo a subir las escaleras hasta la habitación, al llegar mi corazón se detiene cuando escucho sollozos salir de allí.

Me detengo unos minutos frente a la puerta esperando que los sollozos se detengan, pero no lo hacen, sucede todo lo contrario, cada vez son más fuerte.

Con el corazón latiendo a mil por hora abro la puerta entrando a la habitación.

La imagen que tengo frente a mi me aterra.

Tereza está en la cama con los ojos cerrados, y sus mejillas humedecidas por las lágrimas, su cuerpo cubierto por las sabanas hasta su cintura.

Me acerco a la cama, y compruebo que está toda sudada.

—Tereza—La llamo, sin embargo, ella lo único que hace es removerse en la cama con los ojos cerrado.

Esta durmiendo, por lo que deduzco sufre una pesadilla. La tomo por los hombros y la sacudo levemente para despertarla sin ningún resultado, no despierta ¿Con qué estará soñando?.

—Tereza, mi amor por favor, despierta— En mi voz hay una nota de suplica y desesperación.

La vuelvo a sacudir con más fuerza obteniendo un resultado positivo, se incorpora en la cama gritando el nombre de su Ex-esposo muerto. Sé su nombre porque en alguna ocasión Bertha me ha hablo de él.

¿Estaba soñando con su ex? Siento una gran opresión en el pecho al saberlo, me duele darme cuenta que ella aún sigue amándolo, y que tal vez nunca deje de hacerlo.

Sacudo mi cabeza alejando aquellos pensamientos, y concentrándome en lo realmente importante, que esté bien.

La tomo por sus hombros atrayéndola hacia mi pecho en un fuerte abrazo.

—Ya paso, cariño, ya paso, tan solo fue una pesadilla, no llores, no llores—Susurro en su oído, y se aferra más a mis brazos.

Luego de un rato intentando calmarla por fin lo logro.

—¿Qué haces en mi habitación?—-Pregunta más tranquila.

—Quería verte—Respondo encogiéndome de hombros.

—Gracias por estar aquí—Dice para luego abrazarme.

—Siempre estaré para ti Tereza. Siempre. Intenta volver a dormir, tienes que descansar.—Le sugiero con calma.

—¿Vas a irte?—Pregunta.

—No si no quieres, me ha acomodaré aquí—Señalo un sofá que hay en la habitación.

—No, la cama es bastante grande para los dos, además la hemos compartido antes—Dice.

—Sí, pero no te quiero incomodar.—Después de todo lo ocurrido no sé qué pensar.

—No lo harás, por favor, quédate conmigo.

Al final Tereza se queda dormida en mi pecho. Quiero saber que es aquello que soñaba con su ex, no obstante, sé que tengo que dejar que sea ella quién decida cuando contarme si así lo quiere.

Por la mañana el sonido del despertador hace que abra mis ojos intentando adaptarlo a la luz. Tereza se encuentra en la misma posición en  la que se durmió anoche, con la única diferencia de que sus piernas se encuentran enredadas con las mías, lo que me imposibilita moverme.

Trato de moverla de encima de mí con cuidado de no despertarla, pero ella se aferra más a mí con un gruñido de lo mas adorable que me hace sonreír, es que mirándola así parece una niña pequeña.

Sin tener otra alternativa espero a que despierte por voluntad propia y libere mi cuerpo, aunque deseo todo lo contrario. Decido contemplarla por un momento, es tan hermosa que me pasaría toda la vida observándola.

Minutos después siento como se mueve encima de mí provocando que suelte un leve gemido debido a la erección mañanera que cargo.

Levanta su rostro, y al verme sonríe.

—¡Buenos días!—Me saluda y entierra su cara en el hueco de mi cuello haciéndome estremecer al sentir su respiración.

—¡Buenos días!— Saludo de regreso, mi voz sale ronca a causa de la excitación.

—Gracias por quedarte conmigo anoche.—Dice sacando su cara de entre mi cuello.

—¿Quieres contarme?—Le preguntó refiriéndome a su pesadilla. La curiosidad me carcome.

—Sí. Pero aún no, necesito aclarar un poco mis ideas antes—Habla.

—Será como desees.

Deposita un beso en mis labios para luego levantarse de la cama y meterse al baño dejándome con ganas de más. Escucho el agua cayendo y decido hacer lo mismo pero en mi habitación.

En la cocina desayunamos en silencio mirándonos a los ojos, siento que después de anoche algo ha cambiado entre nosotros.

El camino a la empresa es un poco incomodo para mi, por el retrovisor puedo ver a Tereza observándome mientras sonríe, estoy feliz de verla tan alegre después de lo ocurrido.

Llegamos a la empresa, y toda mi alegría se esfuma en el instante en que pongo un pie dentro del edificio, mis manos se vuelven puño en un vago intento de controlarme.

—William—Exclama Tereza Saludando al indeseable con un abrazo—¿Qué haces aquí tan temprano?-—Eso mismo me pregunto yo ¿No sé supone que el también tiene una empresa la cuál dirigir?

—Anoche me quedé un poco preocupado cuando te marchaste de la fiesta—¿Crees qué podamos hablar en un lugar más privado—Pregunta posando su mirada en mi.

Ella al ver que el miraba por encima de su hombro gira percatándose de mi presencia

—Claro, vamos a mi oficina.—Antes de marchase avanza hacia mí, acaricia mi mejilla derecha con una de sus manos y deposita un beso corto en mis labios—Nos vemos más tarde—Sonríe.

No sé cómo reaccionar a eso y cuando logro hacerlo ella se ha subido en el ascensor con William detrás con una expresión de enojo que recordaré toda mi vida.

Una sonrisa aflora en mis labios a pesar de lo confundido que me encuentro en este instante. Al parecer no soy el único, me giro y todos me observaban como petrificados en su lugar y con la boca ligeramente abierta, sin poder evitarlo vuelvo a sonreír.

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Volver a amar "Segundas Oportunidades 1"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora