Narra Tereza...
No pensé volver a escuchar esas palabras en la boca de un hombre dirigidas hacia mi.
La última vez que las escuché, me encontraba en un hospital al lado de mi amado Marcos, agonizaba a causa del accidente sufrido. Tenía tres días en coma sin dar señales de vida, permanecía día y noche junto a él, por más que insistían en que debía descansar, me negaba, no quería despegarme de su lado.
Como por milagro divino reaccionó al tercer día para decirme esas dos palabras que para mi cambiaron de significado.
—Te amo—Dijo para volver a cerrar los ojos, y no abrirlo nunca más.
Ahora, vuelvo escuchar esas dos palabra que una vez me enterraron viva, no sé cómo reaccionar. Me asusta, me aterra pensar que aquello sea cierto, quiero creer que se ha dejado arrastrar por la emoción del momento. Quiero creer eso, con todas mis fuerzas, necesito hacerlo.
Me giro en la cama dándole la espalda a Edward. Quiero decir algo, pero nada sale de mi boca.
—Te amo—Esas palabras se repiten una y otra vez en mi cabeza, miles de recuerdos pasan por mi mente al igual que lágrimas silenciosas recorren mis mejillas.
Él no dice nada, y se lo agradezco, ahora mismo es lo que menos necesito.
Cuando el silencio se prolonga demasiado, le escucho hablar.
—¿Estás bien, Tereza?—Quisiera decirle que sí, sin embargo, le estaría mintiendo.
—Necesito un poco de agua—Digo, para luego levantarme de la cama e ir por ella.<cobarde> Grita mi conciencia.
—Yo te la traigo—Me detiene.
—No, por favor—Niego, necesito escapar de aquí —Yo lo hago—Digo sintiendo que en cualquier momento voy a romper en llanto, y no quiero hacerlo frente a él.
Bajo a la cocina sin mirarle a la cara, no tengo el valor para hacerlo.
Al llegar abro la nevera, tomo un poco de agua y como si nada me desplomo en el piso sin poder controlar el llanto por más tiempo, mi espalda choca con la puerta de la nevera y lloro como si no existiera un mañana, lloro como hace años que no lo hacía, lloro como la última vez que lo hice, el día que tuve que enterrar a marcos.
Narra Edward...
Al notar a Tereza celosa por lo de Sofí mi corazón se aceleró porque eso significa que ella siente o está comenzando a sentir cosas por mí.
Cuando le dije que la amaba, no imaginé que reaccionará de esa manera, sé que debí controlarme, pero las palabras salieron de mis labios de manera espontánea sin poder detenerlas.
La amo desde lo más profundo de mi corazón, no tengo miedo a repetírselo una y otra vez, tampoco me arrepiento de hacerlo.
Sin embargo, al ver su reacción, lo lamento al instante, no esperaba que ella respondiera que me amaba, pero tan poco que se alejará de mi como lo hizo.
Sale de la habitación a buscar agua a la cocina, ni siquiera me mira a la cara, está de espalda a mí, y por lo tenso de su cuerpo sé que contiene el llanto.
Yo y mi gran bocota arruinando el momento.
Camino por la habitación de un lado a otro con las manos en mi cabeza y tirando con fuerza de mí cabello. Ha pasado media hora y Tereza no ha regresado, estoy muy preocupado por lo que decido bajar a buscarla.
Llego a la cocina y me encuentro con una imagen desgarradora,
Tereza está tirada en el piso con la espalda pegada a la nevera y las manos cubriendo su rostro, sus hombros se agitan por lo que deduzco que está llorando.Quiero correr hacia ella y abrazarla, pero se que eso es lo menos necesita en este momento.
Guardándome las ganas de estrecharla contra mis brazos subo a mi habitación, lo mejor es que no me encuentre en la suya, no quiero separarme de ella, quiero ayudar a alejar a esos fantasmas que la atormentan, quiero que me cuente que es lo que le pasa, pero sé que aún no está lista para hacerlo.
************************
Los rayos del sol atraviesan la ventana de la habitación en la que me encuentro, me obligo a levantarme, no pegué un ojo en toda la noche. Deseo ver a Tereza por lo que me baño y visto a toda prisa para así bajar a la cocina.
Pasan quince minutos y noto que Tereza no baja a desayunar, miro el reloj y veo que se está haciendo tarde para ir la oficina.
—Bertha, ¿Sabes por qué Tereza aún no baja?—Pregunto como el que no quiere la cosa.
—La señora se marchó hace una hora—Dice—Pensé que estabas enterado.
—Si lo sabía—Miento obligándome a actuar de manera civilizada, y no salir corriendo detrás de ella—Había olvidado que me dijo se iría más temprano.
★★★★★★★★★★★★★

ESTÁS LEYENDO
Volver a amar "Segundas Oportunidades 1"
ChickLitPrimera entrega de la bilogía "Segundas oportunidades" Una exitosa empresaria, se enfrenta al pasado cuando revive sentimientos que nunca pensó volver a tener. Tereza Roberts quedó viuda muy joven, haciéndose cargo desde entonces de una cadena de...