Narra Tereza
Con Edward todo marcha de maravillas, nuestros encuentros son más frecuentes y apasionados, él nunca se sacia, y para qué negarlo, yo tampoco.
De vez en cuando me invita al cine, incluso me ha regalado flores, es un hecho que me asusta, no quiero crearle falsas esperanza de que pueda existir alguna relación entre nosotros, no obstante, me gusta que lo haga, me hace sentir especial, hace años que no salgo con alguien de esta manera, es como un nuevo inicio. Mi pasado no existe en esos momentos, me permito fantasear con una familia, con aquella a la que renuncié el mismo día en que Marcos murió.
Un día mientras cenábamos comentó—Te prometo que cuando me gradué y tenga un buen empleo te regalaré la más hermosa de las joyas.—Su declaración me sorprendió muchísimo, al final me obligué a sonreír, no voy hacer yo quién interrumpa sus sueños.
Él ha reanudado sus estudios, lo hace los fines de semana, esos eran los días que no tenía que llevarme a la oficina, era uno de los mejores de su clase, cosa que no me sorprende porque él es muy inteligente, me hacía sentir muy orgullosa.
A veces le ayudo con su tarea, y eso solo hace más notoria nuestras diferencias de edad. Cuando todos duermen, sube a mi habitación con la excusa de que le explique algo que no entiende, pero pasado quince minutos comenzaba a besarme y terminábamos haciendo el amor y olvidándonos del tema a tratar.
Su sueño es convertirse en un diseñador automotriz, tiene una pasión sin igual por los autos, por diseñarlo, crearlo. Estoy completamente segura de que lo logrará.
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—Johanna puedes venir a mi oficina—Pido por el intercomunicador.
Segundos después tocan a mi puerta.
—Pase.—Autorizo.
—Para que me necesita señora—Habla cuando llega hasta a mi.
—Quiero que este fin de semana te prepares, iremos a Texas. Debemos de poner todo en orden para la inauguración del restaurante que abriremos allá el próximo mes.
—Hay una nueva cita programada en su agenda con el señor Paterson ¿Qué hago con ella?—Manifiesta al instante.
—Remuevela para cuando volvamos—Le pido
—Otra vez—Dice como resignada.
—Sí, otra vez, vamos a ver si esta vez desiste.—Ojalá eso fuera posible, pienso
—Lo haré, aunque dudo que desista, hace dos meses que vengo inventándome excusa tras excusa y cada vez se vuelve más persistente.—Hay una pizca de diversión en su tono.
—Lo sé—Sonrió—no sabes cómo lamento ponerte en este dilema.
—No se preocupe—Se encoge de hombros —Es entretenido para mí.
—Bueno, no logro imaginarlo, sabrá tú porque te resulta tan entretenido —Sus ojos brillan con diversión —Ya sabes, prepara todo para el viaje, partiremos el viernes en la mañana.—Confirmo.
Término de recoger los papeles esparcido por todo el escritorio finalizando el día laborar.
—Hasta mañana Johanna—Me despido.
—Hasta mañana señora.—Contesta de vuelta.
Camino hasta el ascensor, subo y presiono el primer piso, al llegar busco a Edward por todos lados y no logro dar con él.
—¿Dónde está Edward?—Pregunto a Carlos quien se encuentra en su puesto de trabajo.
Baja la mirada a sus zapatos con nerviosismo, luciendo avergonzado.
—E.él —Tartamudea un poco—Él salió.
—¿Dónde está? —Pregunto una vez más esperando una respuesta más concreta.
—Es que lo llamaron para un asunto muy importante —Mi ceño se frunce ¿Asunto importante? ¿Habrá pasado algo con su hermana o su Abuela?
—¿Pasó algo con su familia?
—No. No. Todo está bien con ellas.—Se apresura a decir.
—¿Entonces?—Pregunto una vez más comenzando a impacientarme.
—Fue a recoger a una amiga al aeropuerto —Juro que si no hubiera estado lo suficientemente cerca de él, no habría forma de haberlo escuchado.
—Una amiga. —Más que una pregunta, es una afirmación a lo expresado por Carlos.
—Sí, pero le aseguro que en nada regresa, hace tiempo que salió, ha de venir de camino.—Justifica, sin embargo, mi mente está en el hecho de que Edward no me ha hablado de esa tal amiga, que por lo que veo ha de ser muy importante para que se vea obligado a abandonar su puesto de trabajo para ir a recogerla al aeropuerto.
¿Cómo es posible eso? ¿Acaso olvidó que sigo siendo su jefa? Ni siquiera tuvo la decencia de avisarme.
El enojo poco a poco se apodera de cuerpo, y este incrementa cuando le veo entrar muy campante por la puerta y detenerse a saludar a Carlos. Para ese entonces me encuentro sentada en uno de los sillones que tenemos en recepción para visitas.
Tomo mi bolso, camino hasta él cruzando por su lado.
—¡Que pase buenas noche Carlos! —Me despido dejando a Edward detrás de mí.
Abre la puerta del auto para mi, tomo asiento y me dedico a mirar por el camino durante todo el trayecto.
En varias ocasiones intenta sacarme conversación, sin embargo, el enojo que siento me lleva a responderle de manera cortante.
Llegamos a casa, bajo del auto cerrando la puerta con demasiado fuerza.
Subo hasta mi habitación, arrojo mi bolso a la cama, y comienzo a desnudarme. Necesito calmarme, y para ello lo mejor es un baño.
Me despojo de todo quedando en ropa interior, y cuando me dispongo entrar al baño la puerta de mi habitación es abierta de manera brusca.
—¿Puedo saber qué te pasa?—Pregunta Edward al entrar y asegurar la puerta detrás de él.
—¡Sal de aquí en este instante! —Le ordeno.
—No iré a ningún lado hasta que me explique porque estás enojada conmigo. —Se acerca a mí quedando a pocos centímetros de distancia.
Lo ignoro y me dispongo entrar al baño.
—Te dije que no irás a ningún lado hasta hablar conmigo —Tira de mi brazo hasta hacerme chocar contra su pecho.
—Por qué no vas y hablas con tu amiga a la que fuiste a recoger al aeropuerto, de segura ha de estar esperándote en casa—Me sacudo de entre sus brazos.
Su agarre se afloja hasta lograr liberarme, le miro a la cara y una sonrisa petulante se forma en ella.
—Con que de eso se trata. ¿Estás celosa?.
★★★★★★★★★★★★★★★★
Acá les dejó el personaje en el que está basado nuestro Edward Samz
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Nos leemos pronto...
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Volver a amar "Segundas Oportunidades 1"
Chick-LitPrimera entrega de la bilogía "Segundas oportunidades" Una exitosa empresaria, se enfrenta al pasado cuando revive sentimientos que nunca pensó volver a tener. Tereza Roberts quedó viuda muy joven, haciéndose cargo desde entonces de una cadena de...