Capítulo 25: La gota que derramó el vaso

4.4K 425 6
                                    


Asesina...

Es lo único que pude pensar en cuanto Monique soltó esas dolorosas palabras que penetraron mi corazón

Asesina...

Es la única justificación que tengo para su muerte, o mejor dicho su asesinato. Porque eso es lo que fue, un vil y cruel asesinato por parte de una persona que se hacía llamar su amiga, por parte de una persona en la que él confiaba.

Asesina...

Eso es lo único que ella es...

- ¡Asesina!-grito a todo pulmón con el propósito de que ella me escuche-. ¡Maldita asesina!-me vuelvo hacia mi ventana y entonces la veo, corriendo por el bosque, me recargo en el marco de la ventana sacando la mitad de mi cuerpo-. ¡Asesina!-

Tomo rápidamente mi mochila y salgo de la casa con Monique por detrás, me adentro en el bosque sin dejar de correr, sé que no la alcanzaré, sé que no la encontraré, pero alguien más lo hará, así que mis esfuerzos no serán en vano.

Las lágrimas salen de mis ojos sin detenerse y poco a poco esto hace que se nuble mi vista. Entre llantos y gimoteos, logro llegar al pequeño prado, pero no me detengo, sino que corro sin importar que cada paso que doy me cueste demasiado.

Alguien aparece frente a mí, pero yo sólo lo esquivo y sigo caminando. Alex toma mi brazo, pero intento resistirme.

- ¡Suéltame!-exclamo.

-Deben irse-me ordena-Encontramos a Adelí.

―Perfecto, ¿En dónde está esa maldita?―forcejeo.

―Sarah, no es seguro que estén aquí.

- ¡He dicho que me sueltes!-grito con todas mis fuerzas.

Se queda anonado con los ojos muy abiertos, su expresión de susto y desconcierto, supongo que ha notado las lágrimas en mis ojos. Sin pensarlo dos veces, me suelta, paso una mano por mis ojos en un intento de secar las lágrimas, lo cual es inútil, ya que no dejan de salir.

Me sorbo la nariz de la manera más maleducada que me es posible y sigo con mi trote, dejando a Alex paralizado. Localizo a Rihanna recargada en una roca junto a su hermano en una charla tranquila, paseo la mirada y me detengo en una figura en especial.

- ¡Eres una maldita!-arrojo mi mochila al suelo.

Los presentes se dan cuenta de mi actitud a la defensiva.

- ¿Cómo pudiste?-más que un grito, se escuchó como un llanto de dolor.

-Sarah, tranquila ¿Qué sucede?...-Rihanna pone sus manos sobre mis hombros.

Automáticamente Adelí se pone en guardia sin quitar la vista de Rihanna que sólo me mira con suma preocupación, yo en cambio, no he dejado de llorar.

-Yo...no puedo...-comienzo a debilitarme y por un momento creí que estaba a punto de caer, pero alguien me sostuvo por la espalda, evitando que me desvaneciera-. Debe irse...ella lo hizo...-digo con un hilo de voz.

-No sé de qué rayos hablas-intenta defenderse, podía ver aquella mirada oscura aún reflejada en sus ojos.

- ¡Maldita asesina!-la furia crece dentro de mí, obligándome a incorporarme e ir hacia ella como si fuera a matarla ya mismo, con cada paso, el enojo aumenta haciéndome ir más rápido, hasta el momento en que siento unos brazos a mi alrededor impidiendo que siga caminando. Doy un grito mientras golpeo los brazos de Alex que están duros como piedra sin ninguna intención de moverse de su lugar-. ¡Lo mató!-chillo-. ¡Es una asesina!

The CreaturesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora