Sarah Cooper
- ¿Todo estará bien?-le vuelvo a preguntar, su respuesta no me cuadra aún.
-Ya te dije que sí-ríe.
Me envuelve en sus brazos, es lo que necesito para sentirme segura, saber que estoy bien y que nada me hace falta.
-Me alegro de que estés conmigo ahora-cierro los ojos mientras coloco mi cabeza en su pecho.
-No lo estoy-toma un mechón de mi cabello entre sus manos, heladas como el hielo.
Tardo apenas unos segundos en reaccionar a su respuesta, la cual me había tomado por completo desprevenida.
- ¿De qué hablas?-me incorporo rápidamente y lo miro en espera de una explicación-. Estás junto a mí ahora-le señalo.
-No-ríe negando con la cabeza-. Estás sola.
- ¿Qué?-titubeo, sus palabras cavan un hoyo profundo dentro de mí.
-Ahora debes despertar-me ordena con sutileza-. Sarah...-su voz poco a poco se oye distorsionada―. ¡Sarah despierta!-grita ocasionando que casi pueda escuchar su voz dentro de mis oídos.
Despierto con la respiración agitada, llevo una mano hasta mi cabello para acomodarlo, está hecho un desastre, pero eso no es lo peor.
- ¿En dónde estoy?-susurro para mis adentros.
Analizo el pequeño cuarto en el que me encuentro, no hay absolutamente nada dentro de él más que mi persona, y a lo lejos una puerta de metal. Trato de moverme, pero algo me lo impide. Me vuelvo hacia mi mano izquierda, que está sujeta mediante esposas, a un tubo que en el suelo que llega hasta el techo.
Forcejeo un poco pero mis intentos son en vano, el tubo no se mueve ni un poco, trato de arrastrar mis pies por el suelo para intentar patearlo. Cuando doy el primer golpe el tubo empieza a tambalearse un poco, repito la acción varias veces hasta ver que está lo suficientemente flojo. Cuando estoy a punto de dar el último golpe, la puerta se abre dejando ver a una chica vestida completamente de negro. A juzgar por la tenue luz del sol que se refleja por la ventana de afuera de la habitación, deduzco que es un vampiro. Cosa que no es buena.
- ¿En...en dónde estoy?-tartamudeo.
-Aquí las preguntas las hago yo-demanda la chica acercándose al tubo por el que estoy sujeta-. No importa lo que hagas Sarah-dice tomando el tubo entre sus manos para después ajustarlo nuevamente con fuerza-. Si logras escapar de esta habitación aún hay veinticinco vampiros esperando afuera-se inclina apoyando las manos en sus rodillas-. Tú decides.
- ¿Cómo sabes quién soy?-digo temerosa.
-Eres tan ingenua-dice burlona.
- ¿Qué es lo que quieres?
- ¡Cállate!-me grita causándome un sobresalto.
Tan sólo con mirarla, podía infundirte terror absoluto, lo había causado en mí, estaba asustada, no sabía qué hacía en este lugar, o donde era siquiera, o si algún día saldría. Puede que llevara días aquí dentro, pero sé que si fuera así, habrían venido a buscarme, a menos que los hayan atrapado también, entonces eso sólo significaría una cosa.
Los asesinarían, o incluso pudieron haberlo hecho ya, mientras yo estaba inconsciente. La sola idea me causa un escalofrío, no podía ser cierto, Alex, Monique, mis amigos, no podían estar muertos, ellos hallarán la manera de sacarme, o por lo menos, eso era lo que quería creer, una idea a la que aferrarme, una pequeña esperanza.
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The Creatures
VampiroSarah Cooper creyó que su vida como estudiante en la Universidad de Mellow Ville estaría repleta de café, noches sin sueño y proyectos mortales, sin embargo, las cosas resultan diferentes al conocer a un chico de ojos azules del cual siente una mist...