Capítulo 59: Las Cenizas de Rupert Stinks

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Sarah Cooper

—¿Eso es todo lo que tienes?—la voz irritante suena de nuevo a mis espaldas.

Volteo y disparo una flecha a la nada, esta se ensarta en el tronco de un árbol.

—Diablos—maldigo en voz baja.

—Eres muy lenta, en estos momentos te encontrarías muerta ya.

Me vuelvo hacia Carter y lo apunto con el arco. El chico de cabello oscuro sonríe victorioso. Disparo sin dudar.

—Fallaste—aparece detrás de mí y observo la flecha en el suelo.

Es suficiente...

Arrojo el arco y las flechas, saco una daga de mi cinturón y ataco al vampiro.

—Lenta cual tortuga—dice, burlón.

Lo ignoro y sigo atacando, él esquiva todos mis golpes, y yo tropiezo con su pie derecho cayendo al suelo. Coloca ambos pies a mis costados poniéndose en cuclillas, quedando encima de mí. Toma mi daga y la coloca sobre mi pecho.

—Muerta—sonríe triunfante.

Demonios.

—Eres un maldito presumido Carter—trato de empujarlo, pero él no se mueve ni un milímetro, en vez de eso se acerca aún más.

Oh no, no lo harás...

Mientras luchaba contra mis impulsos, él se acercaba cada vez más llegando a tocar nuestras narices.
Voltee hacia mi derecha, evitando su mirada.

—Creo que...deberíamos volver—susurro, apenada. Le escucho soltar un bufido.

—De acuerdo—se levanta para luego ayudarme a mí.

Yo muerta de la vergüenza, camino con la cabeza gacha a su lado.

Tierra trágame ahora.

Llegamos a casa después de largas horas de silencio mortal. Al entrar en la sala me encuentro a todos sentados con expresión seria, ni siquiera parecen darse cuenta de que he llegado.

—¿Qué sucede?—digo desconcertada, paseo la mirada por la habitación hasta darme cuenta de la falta de alguien—. ¿En dónde está Rihanna?―pero nadie contesta.

—Los hechiceros se la llevaron—dice Zack, que mantiene la cabeza gacha.

Retrocedo, tambaleante hasta recargarme en una de las repisas.

No puede ser cierto.

—¿Cómo es que...?

—Les inyectaron Vamperus a todos los animales de la zona, Rihanna fue a cazar esta mañana, al alimentarse el Vamperus detuvo sus poderes...—hace una pausa—Apenas alcanzó a llegar aquí...los hechiceros amenazaron con que la asesinarían si no les entregábamos las cenizas.

—Pero no tenemos idea de donde están—digo, desesperada.

Esto no puede estar pasando, ellos no pudieron haber capturado a Rihanna. No a ella.

—Tú no...—habla Carter—. Pero ella sí—señala a la bruja con su cabeza, no tenía idea de que estuviera detrás de mí.

—¿Usted sabe en dónde están?—interrogo—. Por favor si lo sabe, tiene que decírnoslo, la vida de mi mejor amiga está en riesgo.

—Me impresiona el aprecio que le tienes a estos vampiros—hace una mueca—. Claro que lo sé, pero lamento decir que no las tengo yo—camina hacia mí—. Las tienes tú—me señala.

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