—Esto es una locura—murmura Zack sosteniendo la siguiente rama.—A mí no me digas nada, no fue mi idea—se excusa Alex siguiendo sus movimientos.
—Bueno ya dejen de quejarse—demando—. ¿Qué otra opción teníamos?—digo, sujetándome bien a los costados de Alex.
—Cualquier otra que no fuera escalar un pino de treinta metros de altura—dice Zack de manera obvia.
—¿Qué tal si para la otra tú haces los planes?—digo a la defensiva.
—Eso suena genial—espeta—. Recuérdame por qué esto que hacemos es tan importante—le escucho decir.
Miro hacia bajo por unos segundos para verificar que aún se encuentre subiendo, y sonrío para mis adentros.
—Buscamos respuestas, Isaac dijo que había una bruja que nos ayudaría—le digo.
—Claro—dice pasando sujetando otra rama—. ¿Y nosotros le creemos por qué...?
—No tenemos otra opción—entorno los ojos.
—Podríamos tomarlo de rehén, llamar a sus colegas caza cenizas y decirles que si no nos dicen que mierda está pasando Adelí lo asesinará y luego los asesinará a ellos también. Apuesto que a ella le agradará esa idea—expone.
—Preferiría otro plan que no implicara matar o a Adelí, que es técnicamente lo mismo—esto último lo digo entre dientes.
—Bueno, bueno ya dejen de discutir, además solo faltan otros diez metros—interviene Alex—. ¿Por qué no son como Pryscilla?—señala a la rubia en la copa del árbol—. A ella se le ve feliz siempre.
—Es porque apenas necesitó de tres segundos para escalar, esa chica tiene un motor integrado o algo así—Zack suelta un bufido.
—Te he escuchado—escucho gritar a Pryscilla—. ¿Necesitan una mano?
—No...estamos bien—responde—. Perfectamente—murmura fastidiado.
—¡Yo sí la necesito!—grito alzando un poco mi mano derecha con cuidado de no soltarme.
Era obvio que la razón de que fueran tan lento era yo, ya que él sobreprotector de Alex temía que me hiciera daño, pero no iba a aguantar más quejas de Zack.
—De acuerdo—dice Pryscilla preparándose para bajar.
Unos gritos nos ponen alerta, unos chillidos ensordecedores y espeluznantes, el cielo se torna gris y las nubes oscuras cubren el cielo, transformando el espacio en un ambiente tormentoso, los chillidos parecidos a los de un ave vuelven a escucharse convirtiéndose ahora en carcajadas, a lo lejos las figuras distorsionadas de algo a la altura de la copa de los árboles nos hace mirar con más atención.
Me vuelvo hacia Pryscilla y no puedo evitar preocuparme al ver la expresión en su rostro.
—¡Brujas!—nos grita, alarmada.
—Maldición—murmura Zack antes de comenzar a bajar.
Observo a Pryscilla pasar rosando mi espalda al saltar de la cima. Zack la imita no tan bien ya que se oye un quejido cuando cae.
—No me digas que nosotros también...—digo temerosa, esperando una respuesta negativa de su parte.
—¿Ves otra salida?—dice agitado observando el suelo.
—Alex no por favor, Alex no...— y la gravedad no me dejó terminar mis palabras.
Al principio observé como las copas de los árboles se alejaban más y más, sin embargo, sólo bastó un movimiento de parte de Alex para que me encontrara de cara al suelo, sentí como cada vez me aproximaba, cerré los ojos por acto reflejo en espera del impacto. Pero no sentí nada, cuando abro los ojos de nuevo me encuentro oculta entre la maleza.
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The Creatures
VampireSarah Cooper creyó que su vida como estudiante en la Universidad de Mellow Ville estaría repleta de café, noches sin sueño y proyectos mortales, sin embargo, las cosas resultan diferentes al conocer a un chico de ojos azules del cual siente una mist...