Capítulo 63: Morir es un comienzo

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—¡NOOO!—el grito de Robert Mathews resuena en el lugar, retrocede asustado y totalmente desconcertado—. Esto no puede ser cierto...No puede ser cierto—se detiene de golpe, girando lentamente hacia nuestra dirección.

James Black, permanece en el suelo encorvado, su espalda se mueve hacia arriba y abajo por el efecto de su respiración, eleva la mirada y mira a al hechicero con furia. Robert Mathews permanece horrorizado, retrocede lentamente hasta topar con las cenizas de Elízabeth Rose.

—Sarah—Alex tira de mi mano retrocediendo, miro a mi alrededor y observo a todas las personas alejándose.

Los otros vampiros parecen aferrarse al campo de fuerza, otros simplemente retroceden hasta chocar contra algún árbol grande. Pero hay algo que todos tienen en común, y es que todos permanecen aterrados, con la vista fija en James Black...

El Vampiro Original.

Este traga con dificultad mientras devora a Robert Mathews con la mirada, entonces logro verlo. Sus ojos se encuentran húmedos y brillantes.

Va a llorar...

El miedo me carcome por completo y me obligo a aplicar más fuerza en el agarre de Alex, retrocediendo junto a él hasta chocar con la puerta a nuestras espaldas.

Cuando un vampiro llora pasan cosas malas...

Cuando un original llora pasan cosas mucho peores...

Cuando James Black llora...No quiero ni imaginar lo que puede pasar...

El cielo comienza a iluminarse una y otra vez, las llamas de las antorchas comienzan a apagarse una por una. Robert Mathews mira hacia todos lados totalmente aterrado. Lo siguiente que pasa lo asusta aún más.

Del rostro de James Black, cae una pequeña lágrima que recorre su mejilla hasta llegar a su barbilla, para después, caer directamente al suelo y desaparecer. Y entonces grita.

Mis oídos retumban por el efecto y llevo mis manos hasta ellos tratando de protegerlos, los vampiros a mi alrededor hacen lo mismo, caigo al suelo sin fuerzas mientras siento como la audición de mi oído izquierdo va desapareciendo, mis manos comienzan a humedecerse y un líquido rojo las pinta. Todo se mueve, sólo puedo ver, como todo a mi alrededor comienza a quebrarse como si fuera un cristal, el sonido aumenta y entonces el cristal estalla.

El campo de fuerza a nuestro alrededor cae en pedazos seguido de los demás. Rayos potentes comienzan a caer del cielo impactando contra el suelo, algunos de ellos sobre los hechiceros, estos comienzan a retroceder buscando algún refugio. Los vampiros, ahora libres, comienzan a correr, pero lo que buscan no es escapar, sino que se abalanzan sobre los hechiceros, atacándolos uno a uno. Detrás de ellos, veo Vookers transformándose en todo tipo de animales.

El grito acaba y ahora un sonido punzante permanece en mi oído izquierdo. Dejo escapar un gemido de dolor y siento unos brazos que me ayudan a ponerme de pie, pero no cedo, escucho voces por todos lados, gritos. Mi nombre se oye por todas partes, pero ni una voz se me hace conocida, todas ellas son distorsionadas. Trato de aclarar mi vista y diviso a Monique mirándome con preocupación, Alex parece haberse quitado su sudadera para limpiar la sangre de mis oídos.

James ya no está.

Adelí intenta ponerme de pie nuevamente y esta vez le ayudo. Una vez levantada tropiezo con mis propios pies, pero me sostengo del cuerpo de Alex justo antes de caer de cara al suelo, sé que de ahí no habría podido levantarme de nuevo.

Paso mi brazo por encima de los hombros de Zack Y Alex y comenzamos a caminar cerca de la orilla del edificio.

—Te llevaremos a la camioneta—dice una voz diferente, intento girarme para ver de quien se trata, pero el dolor de mi cabeza me lo impide.

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