Capítulo 34: Una linda mañana

3.7K 343 5
                                    

Sarah Cooper

- ¡No!

Ese grito ensordecedor es la causa de que me levante con la respiración agitada. Inspecciono con la mirada cada rincón de la habitación en busca del causante de mi sobresalto. Pero no hay nadie además de mí, permanezco unos segundos en silencio en espera de que mi corazón vuelva a latir, por acto reflejo llevo mi mano hasta mi garganta, al estar allí me paralizo por completo.

¿Por qué he hecho eso?...

Sacudo la cabeza tratando de ordenar mis ideas, dejo caer la mano a mi costado, en la habitación no vuelve a escucharse sonido alguno así que decido ignorarlo pensando en que fue uno de los gritos de Monique, tiene la fea maña de levantarse por las mañanas aullando como lobo. Me pongo de pie dispuesta a darme una ducha refrescante.

Al terminar, me coloco mis pantalones y me visto con una blusa sencilla y mis infaltables tenis. Bajo por las escaleras dando pequeños saltitos hasta llegar a la cocina y encontrarme a una mujer con delantal, cocinando lo que parecen ser unos deliciosos huevos con tocino. Inhalo el exquisito aroma del tocino al freírse y tomo asiento en la pequeña isla en la cocina, ansiosa por atiborrarme del desayuno.

Muero de hambre.

Y ella se da cuenta de eso.

Apenas coloca el plato de comida frente a mí, mi estómago ruge y me abalanzo sobre la comida, ignorando las miradas de horror de parte de Monique y mi tía Sandra.

-Lo siento es que...no he comido desde ayer en la mañana-les explico riendo con nerviosismo.

Y era verdad.

Después de el numerito de Tobías, tuve que convencerlo de que no dijera ni una sola palabra y que le explicaría todo hoy. Claro que después de que se fuera, Rihanna y yo estuvimos pensando en otra alternativa.
Pero para ello necesitamos a Alex, a quien no he visto desde la última vez, en La Casa del Terror.

¿Noticias sobre él?

Claro que no. Ninguna.

Cada vez que quiero hablar de él, Rihanna cambia de tema rápidamente, lo cual me tiene harta.

¿Qué es lo que pasa?

La curiosidad mató al gato...

Pero yo me estoy muriendo ya sin siquiera saberlo. Había reprimido varias veces las ansias de tomar el teléfono y llamar a su casa, o peor aún de ir allá, pero Rihanna me lo hubiese impedido de todas formas, estaba conmigo todo el tiempo observando cada una de mis acciones, y no tenía que adivinar para saber que lo hacía porque Alex se lo había pedido. ¿Pero por qué? ¿Por qué pedirle a su hermana que me vigilara? ¿Por qué no venía él mismo a asegurarse de que estuviera bien?

-Hola chicas-hablando de la reina de roma. Rihanna entra por la ventana de la cocina y toma asiento a mi lado- ¿Qué es ese espléndido aroma?-inhala profundamente.

-Huevos con tocino-le informa mi tía con una sonrisa. Creí que a los vampiros les daba igual el aroma de la comida humana.

-No, eso no-ahora estaba confundida, olfateando cual sabueso, tratando de identificar el aroma-. Es otra cosa...-sus labios comenzaron a temblar, y en un abrir y cerrar de ojos, ya no se encontraba en la cocina.

La velocidad con la que se fue, causó que mi cabello se levantara con el aire, todas nos pusimos alerta, Monique y su madre retrocedieron un poco asustadas, yo en cambio, no pude resistir el impulso de saltar fuera de la silla e ir rápidamente a investigar qué era lo que sucedía.

The CreaturesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora