Capítulo 7.
No entiendo cómo se enteró, es imposible. Yo no creo que él lo sepa... Estoy en una plaza llorando hace más de una hora, no puedo ir a casa y que mi abue me vea así, ¿Qué le diré? Ella tampoco sabe mi secreto, solo una persona... Y está muerta. Las lágrimas no paran ¡Maldita la hora que conocí a Adam Brooks! Me levanto del banco donde estaba sentada y seco mis lágrimas, no estoy lejos de casa por lo cual solo camino. Al llegar entro muy lentamente intentando hacer el mínimo ruido.
— ¿Por qué entras a hurtadillas como una ladrona? ¿Eh? -La voz de mi querida abuela Marta se hace presente.
Me doy la vuelta y la veo con los brazos cruzados y una sonrisa que se desvanece al verme.
—Cielo ¿Qué te ha pasado? -pregunta viniendo a abrazarme.
—Me duele mucho la cabeza desde la mañana, no aguante más y vine -Digo mintiendo, esto de mentir ya se me está haciendo costumbre.
— ¿tú con dolores de cabeza? -me mira con recelo —No te creo, seré vieja pero no tonta.
—Es la verdad -digo y voy a la cocina para tomar algo para el dolor ya que técnicamente ahora si me duele.
—Es raro, a ti nunca te da dolor de cabeza lo mejor será ir al hospital. -dice cogiendo su cartera.
—No, ya se me va a pasar, seguro fue por dormir tarde y despertarme temprano.
Está bien, eso no tuvo sentido.
—De acuerdo -Dijo poniendo la cartera en su lugar — Mejor te preparo una sopa de pollo ¿sí?
Asiento con mi cabeza.
—Yo me voy a dar una ducha.
Voy corriendo y subo las escaleras, entro a mi cuarto y voy directo al baño.
Bajo la ducha comienzo a pensar... ¡Claro! Ahora todo tiene más sentido. Por eso el me pidió lo de acostarme con él. Dios, ni yo misma quiero hablar es un secreto que tengo guardado hace un año, y no quiero revivirlo. Lo mejor será vivir en mi cuarto y nunca más salir de allí. Bueno sé que ese no es el mejor plan, pero no creo poder aguantar más...
—Sí, te digo que algunas veces es una agua fiestas -dice mi abuela en risas.
Por dios como habla de fuerte esa mujer, estoy en el segundo piso e igual la escucho.
—Sí, me lo imagino...
¡MIERDA!
Esa voz...
Salgo de la ducha como un rayo, me seco con la toalla y me pongo una blusa blanca y unos shorts verdes que es lo primero que encuentro. Me visto lo más rápido posible, luego alzo mi cabello en una coleta. Salgo corriendo de mi cuarto y bajo las escaleras y ahí lo veo.
Adam.
Hablando con mi abuela. Abro los ojos como platos, ¿sería capaz de contarle todo a mi abuela? Están en la sala hablando, no se percataron de mi presencia todavía.
—Sí, esa muchacha debe salir más, nunca sale, ¿sabes? hubo un tiempo en el que pensé que, ya sabes... -dice susurrando —le gustaba las mujeres, pero esa duda se me quito cuando vi que tú la besaste.
"Dios dame paciencia, porque si me das fuerzas la mato"
Él soltó una carcajada.
—En realidad estoy seguro de que le gusto -dijo sonriendo de lado.
Mi abuela abre los ojos con sorpresa y sonríe. Hasta aquí llegue.
— ¿Qué haces aquí? -espeto molesta.
—Camila, esa no son formas de hablarle a las visitas -me regaña — Ahora voy a salir, vuelvo más tarde.
Se va y me deja sola.
Sola con el enemigo.
—Cam, tenemos que hablar -Dice acercándose.
— ¿Qué es lo que quieres para no decir nada? ¿Dinero? porque si es eso...
— ¿De qué demonios hablas? –me interrumpe confundido.
—Dijiste que sabias mi secreto -Digo y las lágrimas quieren aparecer pero las contengo.
—Sí, pero no es nada malo tu secreto ¿Por qué te pones así?
¿Qué? ¿Qué no es nada malo? es lo peor que he hecho...
— ¿Cómo puedes decir eso?... ¡Tú no sabes nada! -dije gritando.
¿Cómo dice que no es nada?
¿Cómo se atreve?
—Cam, descubrí que eras bailarina -Dice preocupado por mi reacción.
Su ceño se arruga y puedo ver que en serio no entiende de qué le estoy hablando.
— ¿Qué? -digo en un susurro.
—Cuando te vi la primera vez sabía que te había visto antes, mi mamá siempre llevaba a mi prima Lujan a las clases de baile y ahí fue donde te vi. Eso fue cuando tenía catorce, has cambiado mucho pero igual te reconocí, supe que lo dejaste.
Me quede en shock, él no lo sabía. Suspire aliviada.
—Perdón, creo que estuve exagerando -dije apenada.
—No, no exageraste -Dice cruzándose de brazos — Tú pensaste que sabía algo más.
Niego con la cabeza incapaz de formular alguna palabra.
—Sé que tienes otro secreto, por eso reaccionaste así -dice acercándose.
—No, no lo tengo, será mejor que te marches.
—Tranquila, no te presionaré, tarde o temprano me lo dirás.
No le hacía caso estaba confundida, todos los recuerdos volvían, debía de hacer algo para dejar de pensar en esa mierda.
—Oye, ¿qué harás esta tarde? -le pregunto.
Él me mira y una sonrisa se dibuja en su rostro.
—Carreras -dice con una sonrisa de lado — ¿Vienes?
Lo pensé unos segundos y dije
—Claro.
Necesito despejar mi mente, pero todavía no sé si es la mejor idea...
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All for you
Romance||Libro #1 de la saga Brooks|| "Todo Por Ti" Mi madre me tuvo con tan solo quince años. Aún con esa corta edad fue una gran madre, o eso es lo que creo, porque no la recuerdo mucho ya que el destino o como quieran llamarle la separó de mí. Mi abuela...