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Capitulo 43

Capítulo 43.

Llegamos al supermercado y estaba repleto de gente, recorriendo el lugar.

— ¿Dónde crees que está? —Pregunto Connor y ambas negamos con la cabeza.

—No lo sé, Mila ¿por qué mejor no la llamas? —asentí y marqué su número.

Estaba completamente nerviosa.

—Camila, ¿ya llegaron? —pregunto Elena, su voz se notaba mucho más calmada.

—Sí, estamos en la entrada ¿dónde te metiste?

—Estoy en el sector de comida.

—De acuerdo, vamos para allá.

—Ya sé dónde está, síganme —caminamos hasta el puesto de comida, no estaba muy lejos de la entrada principal.

Busque a Elena con la mirada y la vi sentada en uno de los bancos, un alivio me recorrió el cuerpo, caminamos con prisa junto a ella y cuando nos vio no tardado en levantarse y abrazarme.

— ¿Cómo estás? —pregunto Hayley y ella suspiro.

—Ahora que ustedes están aquí mucho mejor —dijo y miro por todos lados—. Los perdí de vista al entrar aquí.

— ¿Cuántos eran? —pregunto Connor.

—Al principio pensé que solo era uno, pero luego me di cuenta de que eran seis —abrí los ojos como platos.

—Tenemos que salir de aquí —dije y todos asintieron.

Caminamos hasta donde se ubicaba la salida, pero Elena me agarro del brazo.

— ¡Alto! —Dijo ella, todos nos quedamos quietos— Allí está uno.

Señalo la entrada y me pude percatar que un hombre vestido de negro se encontraba mirando a cada persona que pasaba por ahí. ¡Mierda!

—Hay una salida trasera... lleva a un callejón... —dijo Connor—, pero no sé si sea seguro salir por allí.

—No hay de otra —dijo Hayley—, mejor salgamos de aquí.

Dejamos que Connor nos dirigiera hacia la salida, casi no había gente por ese sector, como él dijo había una puerta de emergencia, no tenía ninguna alarma por lo cual salimos sin que nadie se percate.

Grave error.

Apenas salimos todos nos dimos cuenta de que había cinco hombres allí esperándonos, obviamente ya sabemos que son los guardias de John, di media vuelta para volver a entrar, pero esa puerta solo se abría por adentro, maldije por lo bajo.

—Fue más fácil de lo que pensé —dijo uno.

Dos hombres agarraron a Connor, él se resistía, pero igual lo atraparon, yo quise correr, pero no me di cuenta de que uno me tenía atrapada también, mire a Elena en la misma situación, pero a Hayley todavía no la atrapaban, con toda la fuerza que tenía, pise el pie del hombre que me atrapo, soltó un quejido y yo me aparte de él, llame la atención de los otros dos y no se percataron de que Hayley huía.

—Corre y busca a Aaron —dije ella asintió y salió corriendo.

Los otros dos guardias me agarraron de nuevo, mire a Elena y Connor y los vi tirados en el piso.

Lo último que recuerdo es que me volvieron a poner algo en el rostro que apenas al olerlo caí al suelo.

(***)

Sentía mi cuerpo todo adolorido, intente moverme, pero todo me dolía como los mil demonios, estaba acostada en el suelo, podía sentirlo, abrí los ojos y me di cuenta de que estaba en algo parecido a una cárcel.

El lugar era horrible y oloroso, no había camas ni nada, era gris y la pared tenía un espacio abierto abajo donde había barrotes que comunicaban a la siguiente celda. El piso prácticamente era de arena, al frente mío hay barrotes con una puerta en el costado que necesitabas una llave para salir, lo que me llamo la atención muy rápido fue ver que Connor estaba tirado en la celda del frente, me levante como pude, pero volví a caer, entonces me arrastre hacia los barrotes.

— ¡CONNOR! —Comencé a gritar— ¡CONNOR!

Vi cómo se movía y suspire con alivio, mire a la celda que está a lado de Connor y vi como Elena se acercaba arrastrándose a los barrotes.

— ¡Elena! Dios... ¿Estás bien? —pregunte y ella asintió levemente.

-¿Adam?

Su voz se oía sorprendida, no entendía que sucedía y ella lo notó.

—Adam está en la celda al lado tuyo.

¡¿Qué?!

Me arrastre hacia la pared y baje la cabeza para poder ver por los barrotes de abajo, era cierto, Adam estaba allí tirado.

— ¡Adam! —Grité lo más fuerte que pude— Vamos amor despierta...

Comencé a llorar porque no se movía, él no debía estar aquí, apenas estaba curándose la herida de su cirugía, esto no podía estar pasando.

Mire al frente y vi a Connor mirándome.

—Esto es mi culpa —dijo él—, yo tuve la idea de salir por allí, no pensé que podía ser una trampa.

—No es tú culpa —dije y seguí llorando volví a agachar mi cabeza abajo y mirar por los barrotes.

—Adam...

Comenzó a moverse, giro su cabeza hacia mí y abrió los ojos, al verme vi como soltó un bufido.

— ¿Acaso no te dije que no hicieras nada estúpido?

Suspire, por lo menos está vivo.

— ¿Estás bien? —pregunte y él asintió— ¿Cómo llegaste aquí? Tú estabas en el hospital...

—Pues digamos que recibí visitas inesperadas —dijo intentando levantarse, pero cayó de nuevo y apretó sus costillas.

—No debes moverte, tu operación no fue hace mucho Adam, todavía no cicatrizo.

No me hizo caso y se arrastró más cerca de mí, cuando llego paso su mano por el barrote y yo la tome y entrelacé mis dedos con los suyos, sonreí.

—Tranquila Ángel, yo estoy bien —dijo y apreté más fuerte su mano— ¿Cómo están ustedes?

Volví a sonreír como tonta enamorada.

—Estamos bien, ahora solo cansada, no sé qué mierda nos dio para oler, pero me duele todo el cuerpo.

Me recosté por la pared, ya no lo podía ver. pero por lo menos tenía su mano y eso me reconfortaba.

—Escuchen mejor descansemos y después vamos a ver como salimos —dijo Adam.

—Hayley logró escapar, ella llamara a Aaron y nos sacaran de aquí —dije y Connor se acercó más al barrote.

—Pero por lo menos eso está a nuestro favor —dijo él suspirando.

—Pero como nos encontraran —dijo Elena.

—No lo sé —dije yo y pensé un rato—, yo no tengo mi cartera y allí estaba mi celular.

Suspire, era uno nuevo ya que el otro lo hice trizas.

—Yo tampoco lo tengo.

—Yo menos —dijo Adam.

—Yo sí, pero no tengo batería —dijo Connor— lo guarde en el bolsillo de mi chaqueta.

Bufé por lo bajo, malditos celulares que no aguantan nada.

—Pero si buscan ayuda de Dylan lo podrán rastrear.

—Eso depende —dijo Adam—, no siempre es tan fácil...

—Pues esperemos que nos encuentren o tendremos que buscar una forma de salir por nuestra cuenta.

Cada vez esto se está volviendo más difícil.