Capitulo 45

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Capítulo 45.


La verdad me moría de hambre, tener a dos bebés dentro tuyo, te dan ganas de comer mucho más de lo normal, pero bueno digamos que ya es de noche y lo único que comí a la mañana fue una manzana y John ni siquiera manda a alguien para que nos alimenten.

Adam se preocupa por mí, como yo me preocupo por él.

Él dolor que debe sentir seguro es horrible, los puntos de su operación todavía no se cerraban además de las costillas rotas que tenía, yo podía aguantar sin comer, pero me preocupaba que eso tenga consecuencias después, tenía miedo de que esté fuera el fin, mis bebés no tienen la culpa de que sea una idiota.

—Es un niño.

Una voz me saco de mis pensamientos, solté la mano de Adam y me dirigí hacia los barrotes, ahora ya puedo levantarme y caminar, eso es lo único positivo creo.

Mire a Elena y ella me veía con una sonrisa.

—La doctora me hizo la ecografía... es un niño.

Comencé a gritar de felicidad, escuchaba la risa de Adam y mire que Connor sonreía como tonto.

—Estoy muy feliz Elena, ese bebé será hermoso te lo aseguro —dije sonriendo, unas lágrimas bajaban de su rostro y mi sonrisa desapareció

— ¿Qué pasa? —me pregunto Connor.

Desde su perspectiva no podía ver a Elena.

—Será igual a su padre —dijo limpiándose las lágrimas—, lo presiento, si tan solo estuviese vivo, él estaría feliz lo sé.

Tenía ganas de llorar, Max está muerto por mi culpa, si no hubiese escapado, las cosas serían muy distintas, sólo pensé en mi misma y no en los demás, quiero salir de este maldito lugar y poder ser feliz con Adam y mis bebes, pero la realidad es otra.

No quise opinar, sólo fui a sentarme de nuevo en el mismo lugar, tome la mano de Adam y llore en silencio.

Elena ya tenía cuatro meses de embarazo, yo apenas uno y medio, falta poco para los dos meses y así poder ir al ginecólogo con Adam, hable con Adam de eso hace un rato, él estaba muy emocionado y eso me hace feliz, fui una tonta al ocultárselo.

—Cami, ¿estás llorando? —escuche la voz de Adam al otro lado.

—No.

—Puedo sentir como tiemblas, no me mientas ¿qué pasa? —dijo en un tono dulce.

—Solo siento que todo esto es mi culpa, si yo no hubiera escapado nada de esto hubiese pasado.

—No Ángel, nada de esto es tu culpa, no te pongas triste por favor, odio no poder abrazarte en este momento.

—Adam tiene razón —dijo Connor —, no es tú culpa, es la culpa de John...

Escuchamos una puerta abrirse volví a levantarme y vi entrar a un hombre de color, era alto y parecía un matón, daba mucho miedo, con una sonrisa se acercó a la celda de Elena, ella lo miraba con cara de asco, pero él solo le sonrió, paso sin mirar la de Adam y Connor y paro en la mía, su vista recorrió todo mi cuerpo y su mirada me helaba la sangre, se relamió los labios y contuve las ganas de vomitar, sacó una llave de su bolsillo y abrió la puerta comencé a entrar en pánico.

— ¿Qué mierda crees que haces? —escuche la voz de Adam.

Como estaba a mi lado él no podía verme, solo había ese pequeño espacio abajo por donde nos tomábamos de la mano, lo vi tirarse al suelo y luego mire su rostro lleno de pánico, yo no sabía qué hacer, tenía miedo, él hombre comenzó a dar vueltas a mi alrededor y yo me encogía.

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