Capitulo 51

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Capítulo 51.


—Cami todo se solucionara...

No puedo evitar que otro sollozo salga de mi boca, Adam me ha estado evitando por dos días y eso me duele, duele saber que esto está pasando por mi culpa, que él se alejó por mi culpa.

Le conté todo a mi abuela, Elena y Hayley, la actitud de Hayley me dejo peor, se notaba que estaba decepcionada, y eso no ayudaba mucho a mi estado de ánimo.

Aaron se disculpó mil veces conmigo, pero yo le dije que no fue su culpa.

Es la verdad, es mi culpa, yo pude cambiar todo con solo una palabra: "No", pero no puedo ir al pasado y enmendar mis errores. Ahora mismo estoy en el auto con Elena en frente del departamento de Adam.

—Tengo miedo —dije finalmente—, miedo a que no me crea, miedo a que me rechace, miedo a que me deje.

Elena se acercó más a mí y limpio mis lágrimas.

—Cam, él te ama —dijo sonriendo de lado—, sólo debes decirle toda la verdad.

Asentí.

Solo tenía que decir la verdad, eso sonaba demasiado fácil, sabía que la verdad no iba a bastar, pero por favor, solo quiero estar en los brazos de Adam y que me diga cuanto me ama.

"No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes"

Reí con amargura, esa frase era muy cierta y ahora me percataba de ello.

—Bajare, hablare con él y ojala que las cosas se solucionen —dije en tono decidido.

—Esa es la actitud —dijo aplaudiendo—, ahora ve con Adam y soluciona todo.

Solté un pesado suspiro y baje del auto, camine muy lentamente hacia el apartamento.

No voy a mentir, tengo miedo, mucho miedo.

Saque la llave de mi bolsillo, rogando a todos los cielos que no haya decidido en cambiar la cerradura. Él me dio una copia de su llave para que viniera a visitarlo cuando quisiera, pero no creo que está visita sea de su agrado, suspire aliviada al ver que la llave encajaba perfectamente en la cerradura, respire profundamente y la abrí.

Lo primero que hice al mirar el departamento fue en percatarme de que todo estaba hecho un caos. Había latas de cerveza por todo lados, cajas de pizza a medio comer tiradas en el suelo. El olor me hizo tener una arcada que contuve, las lágrimas picaban en mis ojos, todo esto ha pasado por mi culpa.

Por mi culpa, mi culpa.

No hay rastros de él abajo por lo cual subí las escaleras, fui directo a su cuarto y ahí lo vi, mi corazón dio un vuelco al verlo después de dos malditos días.

Estaba sentado en su cama con ambas manos en su cabeza, seguro tiene una resaca de campeonato.

Estos dos días lo único que hacia yo era sumergirme en mi tristeza, comiendo helado y mirando algunas fotos donde estaba con Adam y ya veo que él lo único que hizo fue sumergirse en alcohol.

Mire su cama y la opresión en mi pecho fue más fuerte, recordar todas las veces que yo y Adam dormíamos juntos en ella era doloroso.

Di un paso hacia él frente y tragué saliva, él levanto la mirada y me vio, su mandíbula se tensó hasta el punto de poder ver una de sus venas desde lejos.

— ¿Qué haces aquí? —dijo sin mirarme.

—Yo... quiero explicar todo.

Me miro unos segundos, minutos, horas...no lo sabía, solo sabía que las ganas de llorar cada vez eran más fuertes.

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