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Capitulo 33

Capítulo 33

—Adam mejor dejémoslo, esto es imposible —dije cansada.

—Sabes que no lo podemos dejar así por así —dijo, abriendo nuevamente su libro.

—Si me amas, déjame descansar —dije, haciendo pucheros.

Rodó los ojos y beso mi frente, se levanto de la silla y se sentó junto a mí en la cama.

—Cami, debes aprender, en el próximo examen no podré estar allí.

—Lo sé, pero, ¿a quién le importa las matemáticas avanzadas?

Soltó una carcajada y me abrazo.

Se siente tan bien estar en sus brazos.

— ¿Sabes? —Dijo mirándome a los ojos— Te amo.

Un escalofrió recorrió mi cuerpo al oír sus palabras.

—Yo también —dije sonriendo.

Junto sus labios con los míos, sus labios son tan dulces, te pierdes en ellos. El beso era pausado y lento parecía querer apreciar el momento, poco rato después acuno mi barbilla con sus manos y el beso se hizo más intenso, pase mis manos por su cuello al mismo tiempo que acariciaba su cabello.

Él puso ambas manos en mi cintura, mientras acariciaba mi piel, levantó mi blusa, no la saco, pero la dejo arriba, sobre mis pechos, el sentir sus manos acariciando mi piel me hizo soltar un leve gemido. Comenzó a besar mi cuello y yo me levante quedando en horcajadas sobre él.

—Cam, esto es algo incómodo —escuche una tercera voz y me aleje de Adam.

Mire hacia el frente y ahí estaba Aaron, con un rostro sumamente triste, él no debió presenciar eso. Mi corazón se partió en pedazos.

Arregle mi ropa y cuando me dispuse a hablar, Adam me interrumpió.

— ¿Qué demonios haces aquí? —dijo Adam encarándolo.

—Yo, vine a verte Camila, tu abuela me dejo pasar —dijo mirándome a mí—. Y eso a ti no te importa.

Adam lo fulmino con la mirada y se levantó, cuando iba a irse, junto a Aaron lo tome de la muñeca.

—No — dije firme.

Él me miro a mí y luego a Aaron, lo pensó un rato, para después asentir.

—Hola, Aaron — dije, acercándome a él.

—Hola, princesa —dijo, besándome la mejilla.

Podía sentir la mirada de Adam en nosotros, rápidamente me posicione a su lado, él me tomo de la cintura posesivamente. Negué con el cabeza, esto es jodidamente incómodo.

—Escucha Cami, hay algo que hice en este tiempo —dijo Aaron, ignorando a Adam—, yo encontré...

Escuchamos risas de mi abuela y de una voz que me parecía muy conocida, la sangre se me heló.

Salí de la habitación corriendo, Aaron y Adam venían detrás de mí. Baje las escaleras lo más rápido posible y me quede congelada.

John estaba aquí, con mi abuela.

Lo raro era que ella se reía y él también, como si fueran amigos íntimos.

Sentí que Adam y Aaron se quedaron detrás de mí y luego escuche un susurro en mi oído.

— ¿Quién es él? —dijo Adam.

—Él es John —dije en un susurro.

Aaron y Adam se colocaron delante de mí inmediatamente, como si fueran un muro.