Capitulo 41

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Capítulo 41.


— ¡Hijo de puta! —Dijo furioso— ¿Segura de que no les hizo daño?

Le conté a Adam lo que hizo John y de mi plan, como lo llamo Jamie: "suicida" y bueno como era de esperarse estaba molesto.

—No, ya te lo dije, no pudo hacerme daño —dije, pero igual se veía molesto.

—Lo que has hecho fue monumentalmente estúpido —dijo y yo me encogí de hombros— Camila... ¿Qué hubiese pasado si Jamie y Aaron no te seguían? ¡Ese cabrón te hubiese llevado!

—Lo sé, pero tenía que ayudar a Hayley, ella no tiene nada que ver en esto.

—Cam, sabes que ahora llevas a dos personitas importantes para nosotros ¿verdad?

Asentí bajando la cabeza, bien, ahora me sentía culpable.

Me levantó la barbilla y lo mire a los ojos, la verdad tenía ganas de llorar, no me di cuenta de que esos bebés no son solo míos.

—Lo siento —dije en un susurro.

Su mirada se ablando y sonrió de lado.

—Tranquila, te perdono, creo que debes ir a tú casa y descansar.

Negué con la cabeza.

—Yo no me iré de aquí —dije y mire el sillón de la esquina—, dormiré allí, se ve cómodo...

Comenzó a reír y se corrió un poco dejando un espacio en la cama.

—Ven —dijo palmeando el pequeño espacio.

—No —dije riendo—, no quiero hacerte daño.

—Me hace daño que estés tan lejos —dijo haciendo un puchero adorable.

—Adam te operaron, creo que es mejor que duermas solo —dije y él me miraba como suplicando con sus ojos.

Maldición.

Sonrió.

Me levante y vi como su sonrisa crecía aún más.

Me quite mis converse y subí con mucho cuidado a la cama, me rodeo con su brazo y yo apoye la cabeza sobre su pecho, sentía el calor que emanaba el cuerpo de Adam, era tan reconfortante, beso mi cabeza y yo entrelace mi mano con la suya.

—Te quiero tanto, tanto Adam —dije y un bostezo salió de mí.

Levante un poco mi cabeza para poder mirarlo y lo vi sonriendo.

—Yo te quiero mucho más Ángel —besó mis labios delicadamente—. Ahora a dormir.

Acomode mi cabeza en su pecho nuevamente y me sumergí en un sueño profundo.

(***)

Un carraspeo me hizo abrir los ojos lentamente...

¡Oh no! La enfermera de ayer me está mirando con los brazos cruzados y arqueando una ceja, no parece molesta al contrario, parece que la situación la divierte.

—Eh... Yo... —dije sin saber cómo excusarme.

—Tranquila, me parecen adorables —dijo con una sonrisa— ¿Te puedo hacer una pregunta?

Técnicamente esa ya es una pregunta...

—Sí, claro —dije levantándome de la cama.

—No quiero parecer acosadora ni nada, pero ¿sabes cómo está Jamie? —La mire curiosa— Yo fui la enfermera que lo cuido cuando vino por lo de la bala y sé que tú eres su amiga.

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