-Vamos a cerrar en cinco minutos, cielo- dijo la menuda camarera desde el otro lado de la barra mientras recogía los últimos vasos sucios.
Le hice un gesto de asentimiento hosco y pegué un trago largo a lo que quedaba de cerveza. Mientras degustaba su amargo sabor la sostuve con la yema de mis dedos y dejé escapar un pequeño suspiro.
-Lo siento pero debo cerrar ya- anunció la camarera amablemente -¿te encuentras bien?
Levante la cabeza para mirarla y saqué tres dólares del bolsillo trasero del pantalón.
-Un día con demasiados cambios.- respondí.
Le entregué el dinero y salí de aquel pequeño pero acogedor bar.Hacía una noche agradable. Las nubes teñian el cielo con colores oscuros, la luna iluminaba hasta el rincón más inhóspito de la ciudad creando un ambiente cálido acorde con el suave viento y el silencio reinaba en las calles más concurridas a primera hora de la mañana. Caminé durante un buen rato junto al río que dividía la ciudad, dejándome llevar por el ritmo que marcaban mis pies. No importaba al lugar donde me llevasen mientras no fuese a casa. Lo que menos me apetecía era estar encerrado en el apartamento.
Un perro ladró desde algún lugar del parque haciéndome recordar a Rufus. Esbocé una tímida sonrisa apenas perceptible que en seguida se desvaneció por el peso de mis pensamientos. Entonces sonó el móvil.
-¿Sí?- respondí con un hilo de voz- Ah, hola mamá... Sí, estoy bien sólo necesitaba tomar el aire... Sí, mamá, no te preocupes... ya tengo el billete de avión ... está decidido. Mañana hablamos, ¿vale? Yo también te quiero.
Colgué y me quedé mirando los edificios que se alzaban ante mí, los mismos que me habían acogido hacía nueve años y los que ahora estaban a punto de decirme adiós.
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The Theory of Everything
FanfictionUna historia paralela a la vida en plató de los personajes de The Big Bang Theory. Jim Parsons, estrella de la comedia número uno en el mundo, pasa más horas siendo Sheldon Cooper que él mismo dándose cuenta que su personalidad se ve influida en mu...