Chapter 3

984 61 15
                                    

Mis ojos no daban crédito a lo que estaban viendo. Intenté hacer cualquier tipo de movimiento pero fue en vano. Las piernas no respondían, era  como si estuviesen siendo presas de algún tipo de parálisis. Parpadeé varias veces para cerciorarme de que no estaba soñando o, mejor dicho, aún borracho.

-¿Qué estás haciendo aquí?- dije al fin.

-Tenemos que hablar Jim.

-Tenía entendido que ya estaba todo dicho.- tiré la cazadora sobre el respaldo del sillón, me di la vuelta y pasé una mano por la nuca- llevo cuatro semanas sin saber de ti y ahora te plantas en mi casa pidiéndome que hablemos. ¿A qué juegas Todd?

Todd Spiewak

La voz de Jim se endurecía a cada palabra, tenía los labios fruncidos y su senblante era serio. Pocas veces le había visto furioso o enfadado, por no decir nunca. Siempre estaba de buen humor dispuesto a sacarte una sonrisa y, en cambio, ahora sus ojos azules denotaban un sentimiento de rabia. Se pasaba la mano una y otra vez por detrás del cuello mientras intentaba caminar de un lado a otro del salón. Me mantuve en silencio, observándole, intentando buscar las palabras correctas, pero no podía. Entonces se giró y por primera vez me miró a los ojos.

-¿Tienes idea de cómo me he sentido en este tiempo?

-Yo...-comencé ignorando su pregunta- sólo quería pedirte perdón. Me comporté como un idiota.

-¿Y han tenido que pasar cuatro semanas para que llegases a esa conclusión? Sigo sin entender como pudiste decir esas cosas.

Sus ojos se clavaban en los míos como puñales. Empezaba a sentirme como un auténtico capullo, me estaba arrepintiendo de haber ido a su apartamento. Recordé nuestra última conversación y tenía razón, no se merecía aquello.

*Estoy harto de que nunca tengas tiempo para los dos. Vives constantemente en un mundo que no me pertenece, siento que no formo parte de tu vida y sinceramente creo que tu trabajo te afecta demasiado. Ya no sé si eres Jim o uno de tus personajes.*

*¿Qué estás diciendo? ¿Ahora te quejas de mi trabajo? Creía que te alegrabas por mi. Sabes cuanto he tenido que luchar para llegar donde estoy y en ningún momento te he dejado al margen de mis decisiones. A cada evento, cada entrega de premios te he llevado conmigo. ¿Y dices que no formas parte de mi vida?*

*Siempre estás ocupado, Jim. Maldita sea, ¿no lo ves? La serie está acabando contigo, tanto personal como profesionalmente. Yo no quiero a Sheldon Cooper, quiero a Jim Parsons, y hace tiempo que no te reconozco. Siento que esto ya no es lo mismo. He sido paciente pero ya no aguanto más.*

*Si ya no quieres seguir conmigo dilo, pero no culpes a mi trabajo. Gracias a esto hemos salido adelante, nunca me han gustado las ostentosidades pero siempre quise lo mejor para ti, para los dos, y trabajar en esta serie ha sido lo mejor que me ha pasado...*

*Sí, tu trampolín a la fama, ¿verdad?*

*No sabes lo que estás diciendo. Creo que tienes razón en algo que has dicho y es que si piensas así realmente no me conoces Todd, nunca pensé que te escucharía decir esto.*

*Lo siento pero es lo que pienso. Adiós Jim.*

Ni siquiera le di la oportunidad de despedirse. Simplemente cogí la puerta y me largué dejándole allí, tirado por tierra. Me había ido a casa de mis padres pensando que lo tenía más que superado y que había tomado la decisión correcta, pero no era así y quería hacérselo saber a él.

-Estaba sobrepasado por las circunstancias. Tu éxito, el nuevo proyecto, los cambios en mi empresa. Me asusté.

-¡Oh! Te asustaste. Y ahora vienes a restituir la situación, ¿no? Lo siento pero no soy uno de tus proyectos informáticos.- se dejó caer en el sillón donde había dejado su cazadora al mismo tiempo que hundía la cabeza entre sus manos.

The Theory of EverythingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora