Chapter 38

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Jim Parsons

–¿Por qué no?

–Porque nunca me he secado con nada que lleve escrito un pronombre personal.

Mayim y yo mirábamos las toallas del baño con resignación y recelo, respectivamente.

–Quizás este sea el momento para cambiar eso.

–¡Contrólate Amy! Acabo de pedirte que te vengas a vivir conmigo. No más cambios..–la miré levantando las cejas y luego volví la vista hacia el colgador de toallas–...por ahora.

Mayim frunció el ceño y a continuación entornó los ojos.

–Está bien, pero al menos déjalas decorando.

–Amy, un baño debe ser práctico, no decorativo. Si quisiera ver algo decorativo me iría al baño de la señora Wolowitz.– me quedé con la vista perdida.– Aún recuerdo ese montón de payasos mirándome, era como tener a Leonard hablándome desde el otro lado de la puerta.

–¿Incómodo?

–No, del mismo tamaño.– me encogí de hombros.– Aunque también igual de incómodo.

En las gradas había mucho bullicio, como si estuviesen nerviosos o mejor dicho expectantes, algo que a ratos dificultaba la concentración. Justo en ese momento la puerta del apartamento se abrió y la voz de Simon se escuchó desde el otro lado del decorado.

–¿Hola? ¿Hay alguien?

–¿Por qué sino habría de estar la puerta abierta?–respondí saliendo a su encuentro junto con Mayim.

–Bueno, no es la primera vez que entran a robar "todas tus pertenencias".– Simon rió con burla buscando la mirada de Melissa sin darse cuenta, aparentemente, de que estaban siendo objeto de mi ira visual.

–Punto número uno, no habían robado únicamente mis pertenencias...también las de Sheldor y punto número dos, sólo forzaron la cerradura de este apartamento una vez.

Y sólo un puñado de idiotas conducirían dos horas hasta San Diego para recuperar las pertenencias de Sheldor y luego acabar presos de su propia trampa.

–Sonaba una música heroica en el trayecto e iba armado con mi bat'leth Klingon ¿cómo iba a saber que aquello ocurriría?

–¿Os referís cuando a Sheldon le robaron su cuenta del World of Warcraft?

–Maldito Todd Zarnecki.– enuncié con rabia.

Pero tenía entendido que Penny consiguió recuperar todas tus cosas.

–Uh, así es, y al más puro estilo Nebraska.

El chico debió sentirse muy afortunado.– soltó Mayim con voz melosa.

Todos la miramos torciendo el gesto a pesar de que ella parecía feliz recreándose la escena mentalmente.

–Al menos hay alguien que se deja tocar.–me soltó de repente percatándose de mi mirada.

Te di la oportunidad de inspeccionarme el día que Penny recogió aquel sillón de la basura y te negaste.

The Theory of EverythingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora