Jim Parsons
Podía escuchar el canto de los pájaros a través de la ventana y sentir las caricias que una cálida brisa me proporcionaba por toda la superficie de mi piel. Seguía dormido, placenteramente. Tenía la sensación de que el tiempo se había detenido y estaba siendo preso de un sueño profundo, infinito, apacible. Las heridas habían cicatrizado, las lágrimas ya no empañaban mis ojos y la respiración acompasada y tranquila le había ganado el pulso al abatimiento y la tristeza. Quizás todo fuese producto de ese sueño del que parecía ser prisionero y del cual, por supuesto, no quería despertar. En parte estaba asustado, horrorizado de que cuando volviese a abrir los ojos todo siguiera igual pero aún así lo hice. Suspiré aliviado al comprobar que me equivocaba cuando vi a Todd sosteniéndome los dedos de la mano entre los suyos. Me incorporé y le sonreí tímidamente, como si acabásemos de pasar nuestra primera noche juntos.
-Lo siento, ¿te he despertado?- su voz era como un susurro, dulce y pausada.
-No.- contesté de igual modo sin dejar de sonreír.
-Ya te echaba de menos.
Ambos soltamos una carcajada de lo cursi que acababa de sonar pero sabía que lo decía completamente en serio.
-Después de esperar varios meses no creo que unas horas fuesen para tanto.- respondí bromeando.
Me dedicó una sonrisa torcida y acto seguido me dio un beso en la mejilla. Así solía darme los buenos días y parecía que retomaba la vieja costumbre.
-Te he preparado el desayu...
Mientras acercaba una bandeja de madera con un zumo, media taza de café y unas tostadas Otis y Rufus irrumpieron encima de la cama con ladridos y lametones, claro que ahora era Otis quien reclamaba mi cariño y Rufus el de Todd.
-¿Qué pasa amigo?¿Me echabas de menos?
Otis se sentó sobre sus patas traseras y movió el rabo en señal de respuesta agitado y nervioso, levantando una de sus patas delanteras. Le cogi para acariciarlo pero Rufus metió su hocico entre nosotros para marcar su territorio.
-¡Eh!¿Y qué pasa conmigo?
Volví la vista hacia Todd que estaba de pié, con los brazos cruzados y una ceja levantada intentando aparentar seriedad. No pude evitar reírme, hasta las mascotas parecían hacerlo.
-Ven aquí.
-Oh, ¿ahora sí?- se mordió la lengua y regresó a su sitio en el otro lado de la cama.
Tomé una de las tostadas y se la acerqué para que le diese un mordisco. No le dejé masticar porque le robé un beso con sabor a mantequilla, uno de los más deliciosos que había probado en mucho tiempo. Mantuvimos el silencio mientras terminaba el desayuno, al parecer Todd se había despertado pronto y ya había cumplido con el suyo.
-¡Dios mío! Se me está haciendo tarde. Sabes que me encantaría quedarme aquí contigo y estos pequeñajos- hundí los dedos entre sus orejas- pero debo irme a la grabación.
-Tranquilo Jim.- sonrió.- ¿Estarás con Mayim hoy?
-Sí, Steve quiere repetir la escena de ayer. No ha salido muy...bien- hice una mueca dirigiéndome al cuarto de baño.
-Entonces deberías aprovechar y pedirle perdón.
Escuchaba su voz mezclarse con el agua de la ducha. Suspiré. Había mantenido esa conversación con Todd antes de dormirnos y me hizo ver que tal vez había sido un poco injusto con ella.
-¡Quizás lo haga!- respondí enjabonándome.
-Debes hacerlo, Jim. Yo le pedí que no dijese nada, se lo rogué más bien, ya te lo he explicado.
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The Theory of Everything
FanfictionUna historia paralela a la vida en plató de los personajes de The Big Bang Theory. Jim Parsons, estrella de la comedia número uno en el mundo, pasa más horas siendo Sheldon Cooper que él mismo dándose cuenta que su personalidad se ve influida en mu...