The Theory of Everything

Chapter 2

El nuevo episodio había sido todo un éxito. Las audiencias superaron cualquier expectativa y en el equipo no podíamos estar más orgullosos. Mi cuenta de instagram echaba humo, algo usual cada vez que aparecía por la red social. Acababa de publicar una foto con mis compañeros de rodaje agradeciendo tanto su trabajo como el apoyo de todos los seguidores de la serie.

-¡Eh, Jim!- la voz de Kunal era inconfundible. Guardé el iPhone en el bolsillo de mis vaqueros y presté atención- había pensado en que fuésemos todos a cenar al "Water Grill", ¿te apuntas?

Me encantaba el marisco. Era difícil rechazar una propuesta como esa y además sentía un enorme agujero en el estómago que debía llenar. Cogí la cazadora y salimos a la calle. Kaley, Simon y Johnny compartieron taxi conmigo, mientras que Kunal, Melissa y Mayim ocuparon otro. El restaurante estaba en el 574 de Grand Ave, en el centro de Los Ángeles. Era un sitio acogedor y tranquilo, con buena comida. Recordaba la última vez que habíamos estado allí.

El taxi nos dejó junto a la gran fuente que presidía la plaza. La luz procedente del restaurante invitaba a entrar y los comensales se agolpaban en la entrada esperando a ser acomodados. Todo estaba tal y como lo recordaba. Las mesas con sillones blancos en el lado izquierdo del comedor adornadas con peces gigantes sobre la pared, los amplios ventanales que ofrecían una vista de toda la calle, las enormes lámparas colgantes del techo que emitían una luz blanca dando luminosidad al local y las vitrinas de cristal con las mejores botellas de vino dispuestas en fila dividiendo el comedor en dos zonas.

-Mesa para siete- dijo Kaley sonriente.

-Si son tan amables, por favor- indicó la camarera.

Tomamos asiento en una de las mesas redondas del fondo situadas sobre una zona elevada, con manteles blancos a juego con el cuero que recubría las mullidas sillas. Nos sirvieron a cada uno, en copas distintas, dos clases de vino y pedimos el menú degustación de la noche. Como entrante una deliciosa crema de cigalas con picatostes, seguida de una ración de gulas, ostras, caviar, bogavante y langosta. Todo un gourmet. A medida que avanzaba la velada nos ibamos animando con el vino y también con los temas de conversación.

-Brindemos por seguir como el primer día después de 7 años- dije poniéndome en pie mientras alzaba mi copa, la cual había llenado más veces de las que me gustaría- aunque no tengáis la suerte de conservaros como yo.

Todos rieron. Si algún rasgo físico me caracterizaba era sin duda la cara de niño, al igual que la multitud de lunares y pecas que se peleaban para buscar un hueco en mi dermis y a las que muchos consideraban "sexys".

-Y por los chicos "Blossom" que fueron descubiertos antes que los demás- volvimos a reír. Simon se había sumado a la ronda de brindis, tal vez con la disculpa de pedir la quinta botella.

-Yo propongo brindar por los nuevos desafíos- Kaley me miró mientras levantaba las cejas.

-¡Uh! ¿Qué nos hemos perdido chicos?- Melissa se percató del gesto de Kaley.

Yo sabía perfectamente a lo que se estaba refiriendo. Tal vez porque estaba algo bebido no me afectó lo más mínimo y además ella tampoco estaba pasando por una buena situación.

-Puede que pronto esté disponible en el mercado- dijo en un tono jocoso.
Melissa y Mayim se quedaron atónitas y Johnny pareció mostrar preocupación con una mezcla de desconcierto.

-¿Y qué pasa con Ryan?

-Las cosas no van demasiado bien entre nosotros desde hace algún tiempo y ...-tragó saliva- bueno, hemos decidido que tal vez sea mejor ir cada uno por su lado.

Yo era conocedor de esa información. Kaley había estado hablando conmigo sobre el tema, pero me pidió que por el momento no comentase nada hasta que la cosa se calmase o fuese definitiva. En seguida recibió palabras de ánimo y gestos de consuelo. Me acerqué a su lado y la abracé.

-Muchas gracias chicos- dijo secándose las lágrimas que intentaban salir de sus ojos- ya basta de sentimentalismos.- se puso de pie para proceder con el brindis y todos la seguimos.

-¡Por nosotros!- dijo finalmente Johnny. Y juntamos las copas en el centro de la mesa al tiempo que Mayim me guiñaba un ojo.

[...]

Todo me daba vueltas. Estaba mareado y sentía presión en las sienes. Tenía lagunas sobre lo que había pasado anoche. Estaba tumbado en la cama sin la prenda superior, pero no en la mía. Soñoliento miré el pequeño despertador antiguo que estaba sobre la mesita de noche, entonces recordé. Las doce y diez minutos de la mañana.

- ¡Buenos días!
Una voz agradable se coló por la puerta entreabierta.

-¡Uf! Hola Mayim.

-¿Menuda juerga anoche eh?.- llevaba puesto un pijama en tonos verde y marrón con la bata a juego y unas zapatillas peludas simulando los pies de un gorila. -Kaley aún duerme. He preparado café y tostadas, creo que nos vendrá bien.

-Y que lo digas. ¡Qué demonios nos han dado en ese bar! Aunque no todos los días puedes decir que Jim Parsons ha estado en tu cama- ambos empezamos a reir.

Después de salir del restaurante nos habíamos ido a tomar algo a un local de ambiente lounge que se había inaugurado recientemente. Un gintonic llevó a otro y con la excusa de animar a Kaley nos terminamos animando todos, algunos más que otros. Los demás comenzaron a irse, pero Kaley nos pidió por favor que nos quedásemos un rato más así que Mayim nos invitó a pasar la noche en su casa.
Me puse la camisa y entré al baño a refrescarme la cara. Tenía las ojeras un poco marcadas y el pelo despeinado. Cogí un peine del cajón e intenté colocar cada pelo en su sitio. Cuando salí las chicas estaban desayunando. Me uní a ellas y charlamos un rato.

-Gracias por quedaros conmigo.- se puso entre Mayim y yo y nos dió un achuchón a cada uno - Sois un encanto.

-Oh, no hay nada que agradecer. Sabes que puedes quedarte siempre que quieras.-sonrió.

-Chicas- dije mirando el móvil- cambios en el estudio. Steve quiere vernos a todos esta tarde.

Di unas palmadas sobre la mesa e hice una mueca divertida para alegrarles la expresión.

-Ja, ja, ja. Eres un idiota- dijo Mayim
-Un idiota con encanto, termina la frase.- la miré sonriendo con esa complicidad que teníamos y me coloqué detrás de ella poniéndole las manos sobre los hombros.
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Cuando entré en el portal de mi edificio vi que habían colocado un cartel de "out of order" sobre el ascensor. Por un segundo se me había olvidado que la mañana anterior dejó de funcionar. Subí despacio por las escaleras hasta el cuarto y saqué las llaves para abrir la puerta. Las introduje en la cerradura y cuando apenas llevaba dada media vuelta, se abrió.

*Juraría que cerré con dos vueltas*, pensé.

Crucé el pasillo hasta el amplio salón y entonces una voz hizo que me detuviese.

-Hola.

De todas las personas que conocía era la última a la que esperaba ver.