Chapter 25

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Jim Parsons

Intentaba abrir los párpados pero apenas conseguía hacerlo volvían a cerrárseme una y otra vez. Lo intenté hasta en cuatro ocasiones y finalmente la luz exterior me cegó por completo. Aún llevaba puesta la ropa del día anterior y estaba tapado con una manta sobre la cama de una de las habitaciones de la casa de Kaley.

Le eché un vistazo al reloj. Era medio día pero por la hora a la que debí de quedarme dormido calculaba unas seis horas de sueño. Estaba aturdido a la vez que cansado y la cabeza parecía seguir dándome vueltas. Me senté sobre el borde de la cama y cogí el móvil. Sin batería. Me preguntaba si los demás también se habían quedado o estaban en sus casas.

Sólo recordaba hasta el momento en que Genie Bouchard apareció por la puerta del salón y cómo por un momento creí que era Todd, sinceramente no me habría importado que fuera él. Estaba pasando unos días en Los Ángeles antes de regresar a Melbourne donde se disputaría el Australian Open y Kaley consiguió contactar con ella para que viniese. Casualmente estaba en una fiesta con su entorno deportivo y accedió encantada para pasar a saludarme. Realmente fue una gran sorpresa para mí.

Me puse los zapatos y bajé por las escaleras hacia la cocina. Todo estaba en silencio, no se escuchaba ningún ruido, ni un ladrido de los perros, sólo mis pasos. Asomé la cabeza por la esquina del hall con la intención de encontrarme a alguien pero todo estaba desierto. Caminé hacia el salón todavía sin recoger con copas vacías, globos por el suelo y restos de comida sobre la mesa.

-¿Hola?-pregunté esperando una respuesta.

-¡En el jardín Jim!

Me dirigí a través de las puertas correderas siguiendo la voz de Kaley. Ella y Johnny desayunaban en las sillas de forja envueltos en chaquetas de abrigo, aunque el sol luciese el aire era bastante frío.

-¿Cómo te encuentras?-preguntó Johnny llevándose una tostada a la boca y ofreciéndome la otra que quedaba en el plato.

-No estoy seguro.–me senté y vertí un poco de café en la taza.-¿Cuánto bebí anoche?

-Lo suficiente como para que terminásemos subiéndote a la cama.

-¿En serio?-abrí la boca en señal de sorpresa viendo como Kaley asentía.-Maldita sea, lo siento chicos.

-Tranquilo, Simon tampoco terminó demasiado bien, Melissa le llevó a casa.

-¿Y el resto?

-Mayim me ayudó a llevarte a la habitación y la mujer de Kunal vino a recogerlo.

-Debería llamarla entonces. Por cierto Kaley estoy sin batería, ¿me dejas el cargador?

-Claro cielo, creo que está donde la televisión, pero puedes usar mi móvil.

Todd Spiewak

Acababa de darme una ducha después de salir a correr acompañado de Otis que también necesitaba un lavado, tenía las patas llenas de barro y el hocico con restos de tierra por haber estado escarbando en el parque.

Mientras se llenaba nuevamente la bañera fui a por mi móvil, desde la noche anterior no lo había encendido y seguro que tenía un montón de correos de la empresa. Introduje el código de desbloqueo y empezaron a aparecerme notificaciones de whatsapp, correos electrónicos y llamadas perdidas.

-Qué raro...

Deslicé el dedo por la pantalla para ver la lista de llamadas y vi varias de Kaley a la una y cuarto de la madrugada.

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