Mayim Bialik
El sonido de la cafetera avisó de que los cafés estaban listos. Saqué una pequeña bandeja de madera donde coloqué las dos tazas de porcelana en color blanco con su platito a juego y unas napolitanas para acompañar. Vertí el café con cuidado de no quemarme ya que el recipiente humeaba haciendo que se me empañasen las gafas, y le añadí un poco de leche para rebajar el sabor. Alcé la bandeja con las dos manos y me dirigí hacia el salón con mis zapatillas de gorila y mi atuendo de estar por casa.
-Aquí tienes.- dije apoyándola sobre la mesa frente al sofá.
-Gracias. Huele de maravilla.
Miré a Todd como soplaba el interior de su taza y después daba un pequeño sorbo. Parecía gustarle, y quizás aliviarle, su visita no era fácil para ninguno de los dos y yo empezaba a saturarme con tanta información que guardaba de uno y otro.
-Bien...- comenzó diciendo- al final lo he hecho.
-¿Has devuelto el anillo?
-Así es. He esperado más que suficiente con la esperanza de que hubiese un acercamiento, una llamada.- se encogió de hombros.- Pa...parecía estar más receptivo las últimas semanas. No sé que ha podido cambiar.
Le di una pequeña caricia en el brazo. Todd era un chico muy tierno a la vez que sensible y yo que le conocía bien sabía el mal rato que estaba pasando.
-Siempre me han dicho que luchase por lo que quería, pero llega un momento en el que tienes que decir basta.
-¿Te arrepientes de la decisión?
-No sé si es lo correcto o no, pero dime, si la persona que amas te dice que te ve como un amigo, ¿no harías lo mismo?
-Quizás...los sentimientos no pueden controlarse, ojalá, pero no. Supongo que no puedes forzar a una persona a que te quiera.
-Exacto. Si le quieres déjalo ir, al menos eso dicen.
Nos quedamos un rato en silencio dando pequeños tragos a nuestros cafés mientras mi mente parecía funcionar a toda máquina. Tenía ante mí a un hombre que se rendía ante otro hombre para el cuál el amor parecía haberse ido de su corazón.
-No dejo de pensar en el día que fui a buscarle. Si llego a encontrarlo en su apartamento le habría preguntado si quería casarse conmigo. Era mi última jugada.
-¿Y por qué desistir de repente? A fin de cuentas ya sabías que sólo te quería como amigo.
-Porque llevaba buscando el momento adecuado cientos de veces y ese momento nunca parecía llegar. Siempre que le llamaba no respondía, cuando iba a su apartamento nunca estaba.- hizo una mueca de desagrado.- ¿Crees en el destino?
-Sí y no.- dije pensativa. Era de las que pensaba que, al igual que la suerte está ahí pero hay que buscarla, el destino sólo era el resultado de nuestras propias decisiones.
-Pues yo sí y me he dado cuenta que si en todo este tiempo no he conseguido nada no va a pasar ahora. Ya no me quedan fuerzas para seguir, Mayim.
Curvó su espalda inclinando la cabeza hacia adelante ocultando su rostro, pero el sonido de sus sollozos le delató.
-Jim era mi todo.
Le abracé intentando consolarle de la mejor manera que podía, a veces un gesto era más valioso que cualquier palabra.
-¿Era?
-Es lo que debo hacer.
-¿Lo que debes o lo que quieres, Todd?
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The Theory of Everything
FanfictionUna historia paralela a la vida en plató de los personajes de The Big Bang Theory. Jim Parsons, estrella de la comedia número uno en el mundo, pasa más horas siendo Sheldon Cooper que él mismo dándose cuenta que su personalidad se ve influida en mu...